La pequeña diócesis castellana de Osma-Soria es un claro ejemplo del trabajo silencioso pero ininterrumpido y abnegado que está realizando la Iglesia Católica durante la pandemia del coronavirus. Esta provincia, la más pequeña de España, está sufriendo el virus en proporción de manera más grave que Madrid, pues para sus pocos más de 80.000 habitantes tiene cientos de contagiados y más de 40 muertos. El único hospital está saturado y los pacientes están teniendo que ser trasladados a centros de otras provincias.

Pero además de la crisis sanitaria a la que también está ayudando dentro de sus posibilidades, la diócesis está realizando una encomiable labor para mantener una atención espiritual más necesaria que nunca sin olvidar a las familias y personas más necesitadas, incluidos los trabajadores que están quedando en el paro debido a las consecuencias económicas de la pandemia.

La diócesis soriana acaba de crear un fondo diocesano extraordinario de solidaridad que comienza con 125.000 euros, una cantidad nada desdeñable para ser tan pequeña. Con este fondo se pretende ayudar “especialmente a los trabajadores y autónomos que hayan perdido el trabajo” así como para “negocios familiares que se encuentren en dificultades” a consecuencia de la crisis sanitaria y social causada por el coronavirus.

La cantidad inicial del Fondo ha sido aportada por la propia Diócesis, el Seminario de El Burgo de Osma y Cáritas diocesana. En unos días, se abrirá la posibilidad de que aporten más fondos “los sacerdotes, las comunidades de vida consagrada, las Cofradías, etc.”. Más adelante, la Diócesis quiere abrir el Fondo para que pueda recibir donaciones “de toda aquella persona que quiera contribuir para este fin”.

El Obispo reconoce que “desde que comenzó la crisis sanitaria y social provocada por el coronavirus muchas personas se han preguntado y me han preguntado qué podríamos hacer como Diócesis para aliviar el dolor de tantos hermanos nuestros” ya que, afirma, “hay en el corazón de todos los seguidores de Jesús un deseo innato de llevar el amor de Cristo a la vida ordinaria para aliviar el sufrimiento de los hermanos”.

El Ejército ha ayudado a las autoridades de Soria en la lucha contra el coronavirus en la provincia

Monseñor Martínez Varea reconoce que Soria está pasando por momentos difíciles y muy dolorosos por el número de contagiados y muertos, así como por el confinamiento y las normas de distanciamiento social “que hacen aún más difícil el acompañamiento y el poder reconfortarnos los unos a los otros”. “Sé de vuestra gran generosidad y que esta propuesta no agota ni mucho menos las posibilidades y las iniciativas que esta situación nos exige”, reconoce el Obispo, pues “se trata sólo de una pequeña contribución que nos ayude a dar un mejor testimonio del amor de Dios a los hombres”.

Pero además la diócesis, consciente de la situación de emergencia que se vive en Soria ha ofrecido a las autoridades infraestructuras diocesanas para atender a enfermos o para acoger a personal médico y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

En concreto, han ofrecido la Casa de Espiritualidad del Seminario en El Burgo de Osma, que cuenta con 25 habitaciones y que puede acoger a medio centenar de personas, plazas puestas a disposición “como un signo concreto de caridad evangélica”.

Por su parte, el obispo insiste en que “la Diócesis está rezando; sigue cuidando de sus pobres a través de la Cáritas central y de las Cáritas arciprestales y parroquiales; está cubriendo, a través de tantos cristianos de a pie y de sacerdotes, las necesidades de mayores que no pueden salir a la calle, etc.”, reconoce el Obispo, “pero queríamos dar este paso, si bien queríamos darlo de acuerdo con nuestras autoridades en el momento que fuera necesario”.

“Agradezco de corazón la maravillosa labor de nuestra Cáritas que, en toda la provincia, sigue cuidando a más de 350 familias vulnerables; además, muestro mi más sincero agradecimiento a las hermanas Clarisas de Soria y Medinaceli que han cosido cientos de batas y mascarillas para los sanitarios y para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de otras comunidades religiosas y fieles cristianos que sé que lo están haciendo”, indica Mons. Martínez Varea.