Este miércoles, una encuesta de la CBS y The New York Times situaba por primera vez a Ben Carson a la cabeza de la carrera por la nominación republicana a la Casa Blanca, con un 26% de los votos, cuatro por encima del hasta ahora líder indiscutible, Donald Trump, quien todavía manda en la mayoría de los sondeos.

Pero con vistas a los caucus de Iowa, primer contacto real de los aspirante del Great Old Party con las urnas, el dominio de Carson ya es sostenido, y empieza a configurarse como la única alternativa a Trump, tan popular entre los votantes republicanos como alejado, en principio, de toda posibilidad de triunfo sobre una más que probable rival Hillary Clinton.


Carson empieza a mirar a Trump hacia atrás en las encuestas.

Un triunfo en Iowa dentro de cuatro meses no garantiza nada (de hecho, los dos últimos triunfadores allí, Rick Santorum en 2012 y Mike Huckabee en 2008, no consiguieron la nominación), pero le sitúa ya entre los aspirantes de verdad a competir por el Despacho Oval con la ex secretaria de Estado.


Esta buena noticia para su equipo llega en una semana en la que Carson hizo sus más claras manifestaciones contra el aborto. Entrevistado el pasado domingo por Chuck Todd para la NBC, hizo tres declaraciones inequívocas:



-"En cuanto a los casos de violación e incesto, yo no estaría a favor de matar a un niño porque el niño haya llegado de esa manera. Todo lo que hay que hacer es mirar muchas historias de personas que han vivido vidas muy útiles y que son resultado de una violación o incesto".

-"¿Sabe? Las cosas están hechas de forma que la persona en el mundo que tiene mayor interés en proteger al niño es su madre. Hemos permitido a los sofistas convencer a la madre de que ese niño es su enemigo y de que tiene derecho a matarlo. ¿Comprende hasta qué punto es retorcida esta forma de pensar?".

-"Soy una persona razonable. Si alguien puede darme una explicación razonable de por qué querrían matar a un niño, la escucharé".

-"Piense en esto. Durante la esclavitud -y sé que ésta es una de esas cosas que no debes decir, pero lo voy a decir-, muchos propietarios de esclavos pensaban que tenían derecho a hacer lo que quisieran con sus esclavos. Cualquier cosa que decidieran. ¿Qué hubiera pasado si los abolicionistas hubiesen dicho: ´No creo en la esclavitud. Creo que está mal. Pero, chicos, ¡haced lo que queráis!´ ¿Dónde estaríamos ahora?".

-"Me gustaría que [Roe vs Wade , la sentencia del Tribunal Constitucional que en 1973 estableció el derecho al aborto] fuese revocada".

Esta última declaración es particularmente importante, porque es muy posible que el próximo presidente deba cubrir vacantes en el Tribunal Constitucional que podrían dar lugar a una mayoría provida o (de triunfar Clinton, que apoya públicamente a Planned Parenthood) consolidar durante lustros una mayoría abortista.


Ben Carson, de 64 años, natural de Detroit (Michigan) y de raza negra, es un neurocirujano en el prestigioso hospital Johns Hopkins de Baltimore. En 1987 adquirió fama mundial al conseguir separar a dos gemelos siameses unidos por la cabeza.



Se convirtió en una figura pública nacional a raíz de su intervención en el Desayuno Nacional de Oración de 2013, donde trazó unas ideas que sintonizaron muy bien con la opinión pública conservadora y donde además criticó las políticas de Barack Obama.


Carson tuvo la valentía de formular severas críticas al plan sanitario de Obama con el presidente delante, lanzando su primer discurso como líder nacional.

Sus padres, oriundos de Tennessee, se divorciaron cuando él tenía ocho años, porque su madre descubrió que su padre tenía otra familia. Carson y su hermano se criaron en una gran pobreza, teniendo ella que pluriemplearse, incluso como trabajadora doméstica, para sacarlos adelante. La valía y el esfuerzo de Carson le permitieron ingresar en la Universidad de Yale y graduarse allí, dando un giro radical a su vida.

Es adventista del séptimo día y contrario a considerar matrimonio la unión entre personas del mismo sexo. Y uno de sus lemas personales lo es también de su campaña: "Por medio del trabajo duro, de la perseverancia y de la fe en Dios, puedes vivir tus sueños".


En 2008, el presidente George W. Bush entregó a Carson la Medalla de la Libertad, máxima condecoración civil en Estados Unidos.


En la contienda por la nominación republicana, el gran hándicap de Carson es su inexperiencia política, que puede pasarle factura en los durísimos meses que le esperan.

Sin embargo, ha conseguido una victoria estratégica sobre sus rivales, que es convertirse en inatacable por ellos, porque no les resultaría rentable ante el electorado republicano. Adoptando un perfil de no confrontación, ha sintonizado muy bien con unos votantes hartos de que las diviones en el partido del elefante perjudiquen sus expectativas. Es también una gran esperanza cara al electorado negro, en las últimas décadas mayoritariamente demócrata.

Con su radicalidad provida, reforzada por su profesión como médico, sintoniza ahora además con una opinión pública horrorizada por las prácticas de la multinacional abortista Planned Parenthood, que están haciendo caer el apoyo al aborto en todo el país. Este jueves, de hecho, los miembros de la Cámara de Representantes han elegido como speaker (presidente de la cámara) a Paul Ryan, católico y también provida, que formó ticket presidencial con Mitt Romney en 2012. Y los republicanos han conseguido aprobar una ley para suspender la financiación a Planned Parenthood durante un año, norma que no tendrá efecto porque será vetada por Obama.


Paul Ryan, un católico provida al frente de la Cámara de Representantes.

En ese contexto, las esperanzas de Carson pasan ahora por que se desinfle el paso arrollador de Donald Trump y por ganarse la confianza de quienes ahora apuestan por otros candidatos que puedan tirar la toalla de aquí a los caucus de Iowa, o lo hagan entonces si obtienen un mal resultado. Aguantando hasta el final, Carson sabe que, de no ganar la nominación, sería el perfecto acompañante para el triunfador.