Sucedió hace casi 21 años en Cicero, un pueblo de Illinois de 80.000 habitantes. El icono de la Teotokos (la Madre Dios) en la parroquia ortodoxa de Saint George empezó a lagrimar.

Desde entonces, un millón de visitantes han pasado por la parroquia para orar ante el icono, que está siempre expuesto a los peregrinos. 

Recibió la máxima aprobación posible de la jerarquía local, al tratarse de una parroquia de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía en EEUU (www.antiochian.org), una iglesia autocéfala que cubre Estados Unidos y Canadá y cuenta con unas 275 parroquias de rito antioqueno que celebran el culto en árabe, griego o inglés

El metropolita (arzobispo principal) Philip Saliba, máximo líder de esta iglesia, declaró que el llanto del icono era un milagro y le dio el título oficial de “Icono Milagroso de Nuestra Señora de Cicero”, "y animo a nuestros fieles de todas partes a buscar su intercesión", decía su pronunciamiento.

La ciudad de Cicero lo ha celebrado este año dedicándole una calle a “Our Lady of Cicero”, adyacente a la parroquia, una comunidad que sirve a unas 1.500 familias, en su mayoría árabe-americanas, de origen palestino, jordano, sirio o libanés

El párroco, Nicholas Dahdal, nació en Palestina, en un pueblo íntegramente cristiano llamado Taybeh, y celebra los servicios en inglés y árabe. Saint George (www.stgeorgecicero.org) es una de las mayores parroquias antioquenas de Norteamérica, y con el goteo constante de peregrinos y la llegada de inmigrantes desde Oriente ha sido cada vez más influyente.



Nuestra Señora de Cicero, en Illinois, EEUU, con los regueros que se advierten en su rostro

El párroco dice que llegan peregrinos incluso de Filipinas o Finlandia, y que abundan los visitantes hispanos. “Los hispanos son muy devotos de la Virgen María, y les atrae la imagen”, dice el padre Dahdal.

La parroquia empezó ya en 1994 a distribuir algodones empapados en aceite mezclado con las lágrimas que fluían por el icono. En los dos primeros meses se distribuyeron 100.000 algodones. Después enviaron hasta mil botellitas de aceite mezclado con lágrimas a una multitud de parroquias para realizar oraciones de sanación y plegarias por los enfermos. 

Con todo, ni la jerarquía ortodoxa antioquena ni el párroco atribuyen una enseñanza firme o explicación teológica a la lacrimación del icono.

“Honestamente, no tengo una sola respuesta sobre su significado”, explica el párroco a The Arab Daily News.

“Depende de a quién le preguntes. Algunos creen que es una ocasión para el gozo, otros que es algo trágico. Como cristiano palestino, yo lo veo como un signo al mundo para que ayude a proteger la presencia cristiana en Tierra Santa. Los cristianos están desapareciendo allí. Y es donde la Virgen María vivió. Allí vino Cristo. El clamor de los cristianos en esa parte del mundo ha sido ignorado”.

Dahdal recuerda cómo empezó todo. La congregación estaba reunida para los cánticos tradicionales de Cuaresma el 22 de abril de 1994 y el párroco se preparaba para los oficios de viernes tarde. Les visitaba ese día otro sacerdote, Douglas Wyper. Ambos sacerdotes y otros parroquianos observaron que el icono de la Teotokos parecía tener unos regueros que salían de los ojos de la Virgen. Cuando llegó la medianoche a la parroquia, los testigos vieron que los regueros eran cuatro y caían hasta el pie del icono.

 


(Publicado originariamente en www.carifilii.es)