El equivalente al Ministerio de Sanidad en Estados Unidos (el HHS, Departmento of Health and Human Services) anunció el viernes una disposición en virtud de la cual las medidas de protección contra la discriminación por razón de sexo entenderán "sexo" en un sentido científico, como "sexo biológico", y no ideológico, como "identidad de género", según había introducido la Administración anterior.

Al final de su mandato, Barack Obama incorporó ese concepto de la ideología de género a la sección 1557 de la ley de prestaciones sanitarias, sección que prohíbe la discriminación en la asistencia y las actividades del departamento en base a la raza, la nacionalidad, la edad, la discapacidad o el sexo.

Esa transformación del sexo biológico en identidad de género violaba distintos procedimientos administrativos, así como la ley federal de restauración de la libertad religiosa de 1993, por lo que había sido cuestionada con diversas sentencias judiciales.

Según declaró Roger Severino, director de la Oficina del HHS para Derechos Civiles, a National Review, la reforma introducida por la Administración de Donald Trump "pone al día las cosas para reflejar la realidad de que la 'identida de género' había sido considerada por los tribunales una interpretación indebida de la ley de derechos civiles. Esta disposición simplemente se acomoda a la realidad legal".

Por su parte, Terry Schilling, director ejecutivo del think tank conservador American Principles Project, alabó la decisión de que el HHS reconozca al fin "la verdad evidente de que el sexo está biológicamente determinado: los hombres son hombres, y las mujeres son mujeres".

"Aunque esta verdad era universalmente reconocida", añadió Shilling, "últimamente la izquierda radical había intimidado a los demócratas y a las élites culturales para negar la realidad y aceptar la afirmación ridícula de que la masculinidad y la feminidad carecen de base biológica. Esto no es ciencia, es pura ideología y no debe tener cabida en la política federal".