Durante las últimas semanas se ha producido un interesante debate en España sobre la presencia o ausencia de los intelectuales cristianos en el ámbito público. A raíz de una tribuna periodística profesores universitarios, filósofos, periodistas o escritores han ofrecido sus puntos de vista ante una batalla cultural en la que la Iglesia no ha entrado de lleno.

Siguiendo esta línea, la Universidad de Navarra organizó este jueves una mesa redonda titulada: “Un debate actual: intelectuales, cristianismo y universidad”. En ella participaron figuras de primer orden como el escritor Juan Manuel de Prada, el filósofo José María Torralba, el catedrático Juan Arana y el profesor de Teología Miguel Brugarolas.

De Prada señaló que “los católicos tenemos que introducir una nueva manera de afrontar el estudio de las ciencias, sean económicas, sociales o políticas”.

Uno de los problemas que expuso el escritor es la introducción del conflicto ideológico en nuestra vida intelectual y en nuestro pensamiento católico. “Hemos metido el veneno ideológico en nuestra visión de las cosas”, aseguró.

Ante eso, es la verdadera guerra cultural la que ha de proponer una visión del mundo totalmente distinta. Por ello, De Prada señaló que “los católicos hemos de tener clara nuestra posición y no retroceder, sabiendo que este cambio de mentalidad no lo lograremos en dos días”.

Ante el papel de los católicos, el escritor señaló que “nuestras palabras han de provocar un nuevo cambio, ofrecer una comprensión cabal y global de la realidad que recupere la novedad cristiana frente a las lecturas ideológicas que hoy en día se nos ofrecen”.

José María Torralba fue otro de los participantes en esta interesante mesa redonda

Por su parte, el director del Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra, José María Torralba habló de la universidad como ese espacio necesariamente plural en el que se pueda compartir. Un espacio que, en los centros educativos católicos, ha de definirse por la responsabilidad de formar a los alumnos conforme al ideario cristiano de la misma.

“Es preciso distinguir el papel de la universidad de puertas afuera, donde no toma partido, y de puertas adentro, donde forma a los futuros profesionales y representantes públicos”. A su vez, Juan Manuel de Prada apuntó la situación idílica de una universidad católica, en la que no ha de haber disciplinas dedicadas a la religión sino un pensamiento católico que ilumine todas las materias.

"Si el hombre deja espacio a Dios, solo gana"

Respecto al término cristianismo en el debate, el profesor de Teología Miguel Brugarolas afirmó que la relación del cristiano con el mundo nace de su conexión con Dios. "El cristiano no renuncia a nada auténticamente humano cuando vive plenamente su fe. Si el hombre deja espacio a Dios, solo gana", aseguró. El profesor explicó que la teología es el fundamento en el que se apoyan los demás saberes: “La teología tiene el fin de herir el pensamiento y el conocimiento para llegar a lo trascendente”.

El catedrático de Filosofía Juan Arana expuso lo problemático que le resultaba la expresión “intelectual cristiano”. “Yo prefiero definirme como un católico que se dedica, como profesor que soy, a actividades intelectuales”, afirmó. El filósofo añadió el peligro actual de algunos católicos que no parece que tengan una preferencia por dedicarse a labores intelectuales. “Brillan por su ausencia y no están muy presentes en los debates contemporáneos”, añadió.