Robert Harris es uno de los escritores de novela histórica y de thriller más importantes de Reino Unido. Sus más de trece obras se han traducido a más de 30 idiomas con los que ha vendido decenas de miles de ejemplares de sus libros mientras varios de ellos (Patria, Enigma) han sido adaptados al cine con gran éxito.  

Se dio a conocer en 1992 con la novela Patria (ambientada en una Europa alternativa en la que los nazis ganaron la guerra mundial); después llegaron Enigma (sobre la máquina criptográfica de los submarinos nazis), Archangel: el hijo de Stalin, Pompeya, El Poder en la Sombra, El índice del miedo y su trilogía sobre Cicerón: Imperium, Conspiración y Dictador, todas ellas publicadas en español. 

Este británico que antes ejerció de periodista ha publicado este pasado mes de septiembre una novela titulada Cónclave, en la que se cuenta desde dentro la elección de un nuevo Papa. Lo más curioso de esta obra es que está realizada por un agnóstico que asegura que ha quedado sobrecogido por la vida de Jesús.


Este escritor, que recuerda que ni siquiera está bautizado, rechaza los argumentos de ateos militantes profesionales como Richard Dawkins.

“Discrepo de este ateísmo fácil”, declara Harris a The Catholic Herald. “Creo que el ateísmo es el camino fácil, es coger la ruta más aburrida. En vez de eso yo me siento atraído por las personas que optan por el camino más difícil y tratan de comprometerse con algo más grande”.


Para escribir Cónclave, Robert Harris fue acogido por el Vaticano, que le puso todas las facilidades para poder realizar su labor. Pero además, para prepararse para la novela este británico de 60 años se leyó los Evangelios y quedó completamente asombrado.

“Leí los Evangelios de manera secuencial y rápidamente para prepararme para el libro y me quedé de piedra por el poder de la personalidad de Cristo que vi en cada página”.


Del mismo modo, Harris se declara admirador del Papa Francisco, del que cree que es un gran don para la Iglesia Católica. “Creo que Francisco es brillante”, asegura después de alabar cómo plantea este Papa los debates de hoy al mundo entero.


Cónclave, nuevo libro de Robert Harris

Tras su paso por el Vaticano destaca la figura del Papa como el gran representante de la Iglesia pero también como el de una persona como cualquier otra y destacó sobre todo de él su humanidad y su trato con los enfermos. “¿Cómo no podría respetar a alguien que hace eso? Estoy lleno de admiración por él”, indica Robert Harris.

Para acabar sobre el Papa, el escritor británico considera que en la era de la comunicación instantánea, Francisco en sí mismo es un puente sobre las culturas.


Volviendo a la novela, Harris ante todo ha querido hacer una novela respetuosa que se ajuste a la realidad y que se aleja de los prejuicios. Toda la acción de la trama se centra en la Capilla Sixtina y en la Casa Santa Marta y describe a los cardenales como personas sabias pero con dudas y sufrimientos

Para él, el punto central de la novela es que existe una gran diferencia entre la Iglesia y el mundo secular por lo que no puede compararse un Cónclave con unas elecciones al uso. Por ello, confiesa que abordar el funcionamiento del cónclave desde el exterior hubiera sido un error.


“Me acerqué al libro con cierto temor porque me di cuenta de que si no lo hacía así y trataba al Vaticano como si se tratara simplemente del ICI (una de las principales empresas británicas) o una organización secular sería un fallo”.


Imagen del Cónclave que eligió a Francisco

Su visión interna del Cónclave en esta novela viene proporcionada por el protagonista, el cardenal Lomeli, que además es el decano del Sacro Colegio. El lector verá el funcionamiento de la elección del nuevo Papa desde su perspectiva. Es decir, la de un hombre ya anciano y cansado pero que a su vez es un hombre de gran fe y oración.

Y la trama se centra en un aspecto religioso, alejado de otras polémicas políticas de las que se abusa en la actualidad.


En el protagonista del libro, Harris simplemente refleja su gran respeto por el trabajo de los cardenales, personas con gran experiencia y cultas que además hablan varios idiomas. Por ello, cree que el Cónclave es una tradición antigua pero que funciona.

De este modo, este escritor agnóstico llega a una conclusión principal: “No creo que este libro hubiera podido ser escrito por un ateo total”.