Tampoco lo hicieron Zeus, Venus, Shiva o el maestro de yoga de turno.
No ha muerto por mí ningún gurú indio, ningún druida, ningún chamán, ningún rabino, ningún gran maestre masón, etc.
 
Solo Jesús, el Hijo del Dios Vivo, ha muerto por mí, por mis pecados, como si yo hubiese sido el único hombre vivo en el mundo. Soy yo el que debe ser azotado, torturado y clavado en una cruz. El es inocente. ¡Y ha muerto por mí para regalarme la vida eterna! No le debo nada a Buda ni a Mahoma, y se lo debo todo, todo, a Cristo. "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?" ¡Así reza el salmista, maravillado!
 
No es posible concebir un amor más grande que morir por un amigo, así lo dijo y así lo hizo Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida. Porque El es la Verdad, y no hay otra en el universo entero. El es la Vida y no seguirle es la muerte. Y así, solo la religión católica es la única verdadera y no hay salvación fuera de ella. Tampoco esto es discutible ni matizable en absoluto. Es así. Como es así que el protestantismo es una herejía y la ortodoxia, cismática.
 
El amor a Cristo nos obliga a acoger a todos: al pecador, pero no a su pecado; al hereje, pero no a su herejía; al pagano, pero no a su paganismo; al musulmán, pero no a su religión; al corrupto, pero no a su corrupción; al ignorante, pero no a su ignorancia; al budista, pero no a su filosofía... 
 
No acierto a comprender, salvo por directa intervención satánica, cómo hay personas que siguen a charlatanes y falsos mesías que, no solo no han dado su vida por sus fieles, sino que los tienen sometidos, esclavizados y esquilmados. Solo Cristo trae la libertad al hombre: "La verdad os hará libres", nos advirtió. Fuera de Cristo, todo es mentira: con Él o contra Él, no existe termino medio de ningún tipo. No lo busquen ni se justifiquen. Si no les gusta, salgan de la Iglesia Católica, hay sectas para todos los gustos y perversiones.
 
¿Les parezco duro? Más lo es San Pablo. Lean, por favor:
 
 
Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,14-22):

"Amigos míos, no tengáis que ver con la idolatría. Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo. El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Considerad a Israel según la carne: los que comen de las víctimas se unen al altar. ¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber de los dos cálices, del del Señor y del de los demonios. No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios. ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?"
 
Sacrificar a los demonios significa adorarles. Por tanto, incluyan aquí toda danza, postura, mantra, gimnasia, piedra, árbol "sagrado", flor "curativa", etc. Incluyan también el aborto y las orgías con menores, la eutanasia, la eugenesia y el entramado diabólico LGTBI.
 
Paz y Bien.