"La intuición de la verdadera fe (sensus fidei) permite a los creyentes individuales percibir cualquier falta de armonía, incoherencia o contradicción entre una enseñanza o práctica y la auténtica fe cristiana que viven.

Reaccionan como hace un amante de la música ante notas equivocadas en la interpretación de una pieza musical. En esos casos, los creyentes resisten interiormente ante las enseñanzas o prácticas involucradas, y no las aceptan ni participan en ellas.

Alertados por su sensus fidei, los creyentes individuales pueden negar el asentimiento incluso a la enseñanza de sus legítimos pastores si no reconocen en esa enseñanza la voz de Cristo, el Buen Pastor".

 

(Comisión Teológica Internacional, El sensus fidei, 62-63).