Sabemos de Dios por dos medios:
1º. Por el razonamiento.
2º. Por la Revelación.
 
Y no basta uno sólo, hacen falta los dos.
 

Atendiendo sólo a la razón ¿cómo tiene que ser Dios?
 
Ya sabemos que Dios tiene la existencia en sí mismo y es causa última de todas las cosas. Por tanto:
 
  1. ¿Puede Dios tener límites? No. Dios es infinito; no tiene límite alguno. A Dios no ha podido limitarle nada pues todo lo que existe procede de Él.
  2. ¿Puede Dios cambiar? No. Dios no puede perder nada ni adquirir nada porque es infinito. Dios es inmutable.
  3. ¿Puede Dios ser malo? No. Dios es infinito y en Él se hallan en modo infinito todas las perfecciones ─como la bondad─ no así las imperfecciones, que solo son carencias. El mal no es ser, es la ausencia de bien.
  4. ¿Tiene que ser Dios la última razón de todo y de todos? Sí. Porque si algo se le escapa no sería infinito. Precisamente nuestra inteligencia llega a Dios cuando  buscamos la última razón, no las intermedias.
 
En resumen, por la razón sabemos que Dios existe (lo vimos en los artículos anterirores) y que es infinito (y, en consecuencia, único, inmutable, sin partes, razón última de todo...).
 
Los Tres Mosqueteros