De repente, unas monjitas (atención a sus edades, ¡muy jóvenes!), las Benedictinas de María, te dan una sorpresa como esta:


Poco más se puede decir tras escuchar estas voces, preciosas, y redescubrir que el gregoriano nunca pasará de moda (parece ser que son un fenómeno de ventas en Estados Unidos). Y quizás lo mejor: ver los rostros de estas monjas, la alegría y la paz que transmiten y que son directamente evangelizadores.

Como soy de naturaleza curiosa, he buscado un poco quiénes son estas monjas de Kansas y su monasterio, llamado Nuestra Señora de Éfeso (por ser el lugar en el que la Virgen María y San Juan habrían vivido). Nacidas bajo el cuidado de la Fraternidad de San Pedro en 1995, el año 2006 se trasladaron, por invitación del obispo Robert W. Finn a la diócesis de Kansas City, Missouri y en 2014 consiguieron la aprobación como Instituto Religioso de Derecho Diocesano bajo la autoridad de Ecclesia Dei y con el nombre de “Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles”.

Quien quiera saber más, tienen una web donde explican su vocación, con un énfasis en ofrecer sus vidas y oraciones por los sacerdotes,  el ritmo de su vida, marcado por la regla de san Benito y donde descubrimos que, aparte de cantar como los ángeles, se dedican a elaborar vestiduras litúrgicas (eso sí, exigen que pagues una paga y señal del 50%, me imagino que porque habrán tenido alguna mala experiencia) y a cuidar de los campos y las vacas del monasterio. Por cierto, el buzón de la entrada es típicamente americano, una muestra de “inculturación”.