La circuncisión consiste, como se sabe, en la extirpación del prepucio, membrana que cubre el extremo del miembro viril masculino llamado glande. Amén de una práctica de higiene común a muchas civilizaciones, constituye el acto iniciático de la religión judía, tan importante en ella, que el Talmud sostiene que lo es, por sí sola, tanto como todos los demás mandamientos juntos. Mediante él, la persona integra la comunidad judía y, lo que es muy importante, recibe el nombre, de modo similar a como ocurre entre los cristianos con el bautismo. Por lo que no es casual que justamente tal día como hoy, día en el que Jesús fue circuncidado, celebren su onomástica jesuses y manueles, dado que el primero es el nombre que recibió Jesús cuando fue circuncidado:
 
            “
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno” (Lc. 2, 21)
 
            Con el significado de “Dios salva” (de Jehoshua, Jeh=Dios, yasha=salvar, Yehoshua, Dios salva).
 
            Y el segundo, el que había profetizado Isaías, según recoge Mateo:
 
            “Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel” (Mt. 1, 23).
 
            Con el significado de “Dios con nosotros”.
 
            No es la única circuncisión de la que se habla en los evangelios. Esto es lo que sucedió en la de Juan el Bautista, narrada también por Lucas:
 
            “Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan.» Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.» Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre»” (Lc. 1, 59-63).
 
            La circuncisión es el símbolo de la alianza entre Yahveh y el pueblo judío:
 
            “Dijo Dios a Abraham: [...] ‘todos vuestros varones serán circuncidados. Os circuncidaréis la carne del prepucio y eso será la señal de la alianza entre yo y vosotros” (Gn. 17, 912).
 
            Y el momento de realizarla, un momento muy concreto y preciso que determina con toda exactitud el Libro del Génesis:
 
            “A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón’” (Gn. 17, 12).
 
            Razón por la cual, tal día como hoy, ocho días después de haber celebrado su nacimiento el 25 de diciembre, estamos celebrando la circuncisión de Jesús: el momento cero del ingreso de Jesús de Nazaret en la gran familia judía, un ingreso convertido, por mor de las fechas y de los preceptos del judaísmo, no sólo en el inicio de un nuevo año, sino también en el verdadero momento cero de la era cristiana.
 
 
            ©L.A.
           
 
 
 
 
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