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León XIV, con un mensaje escrito y una homilía, ofrece a los sacerdotes un completo plan de vida

El palpable entusiasmo de los sacerdotes ante un Papa que les anima a la misión y les ofrece criterios de vida espiritual.Vatican Media.

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El Papa celebró misa este viernes, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, en la basílica de San Pedro, donde fueron ordenados 32 nuevos sacerdotes.

La basílica de San Pedro ofrecía un aspecto impresionante, llena de sacerdotes y seminaristas, obispos y cardenales.Vatican Media.

Tanto en su homilía como en el Mensaje a los Sacerdotes por la jornada de la Santificación Sacerdotal, León XIV mantuvo la tónica de sus últimos discursos a seminaristas, presbíteros y obispos, de un tono que busca claramente insuflar optimismo y esperanza en el clero y apuntar a la vida espiritual como la raíz de la misión sacerdotal.

"En esta Jornada de la Santificación Sacerdotal, que se celebra en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, me dirijo a cada uno de ustedes con un corazón agradecido y lleno de confianza", comienza el Mensaje: "El Corazón de Cristo" es "la verdadera identidad de nuestro ministerio", que consiste en ser "testigos gozosos de su amor que sana, acompaña y redime".

La vocación sacerdotal es "la llamada a la entrega total de nosotros mismos al servicio del Pueblo santo de Dios", una misión que "comienza con la oración y continúa en la unión con el Señor".

Recordar este don, continúa el Papa, "unifica nuestros corazones en el Corazón de Cristo y nuestra vida en la vida de Cristo, de modo que podamos llevar al Pueblo santo de Dios la Palabra y los Sacramentos de la salvación". 

Los sacerdotes están llamados a "ser constructores de unidad y de paz", y "nuestro ministerio será tanto más fecundo cuanto más esté arraigado en la oración, en el perdón, en la cercanía a los pobres, a las familias, a los jóvenes en busca de la verdad. No lo olviden: un sacerdote santo hace florecer la santidad a su alrededor".

La homilía, un programa de vida sacerdotal

En la homilía de la solemnidad del Sagrado Corazón, y dirigiéndose a los presbíteros presentes y a los 32 diáconos que iban a recibir el orden sacerdotal, León XIV glosó las lecturas y Evangelio del día evocando la figura del Buen Pastor y la oveja perdida como llamamiento a cultivar "en nosotros su deseo": 

Los 32 nuevos sacerdotes, durante el momento más impresionante del rito de ordenación.Vatican Media.

"Que nadie se pierda, sino que todos, también a través de nosotros, conozcan a Cristo y tengan en Él la vida eterna. Es una invitación a unirnos íntimamente a Jesús, semilla de concordia entre los hermanos:

  • cargando sobre nuestros hombros a los que se han perdido, 
  • perdonando a los que han errado,
  • yendo en busca de los que se han alejado o han quedado excluidos,
  • cuidando a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, 

en un gran intercambio de amor que, naciendo del costado traspasado del Crucificado, circunda a todos los hombres e impregna al mundo".

Tras esta enumeración, todo un programa de vida, León XIV concluyó con otra, en forma de "algunas cosas simples, pero que considero importantes para su futuro y para el de las almas que les serán confiadas":

  • "Amen a Dios y a los hermanos, 
  • sean generosos, fervorosos en la celebración de los sacramentos, en la oración -especialmente en la adoración- y en el ministerio;
  • sean cercanos a su grey, donen su tiempo y sus energías a todos, sin escatimarse, sin hacer diferencias, como nos enseñan el costado abierto del Crucificado y el ejemplo de los santos".

León XIV impone sus manos a uno de los diáconos para conferirle el sacramento del orden.Vatican Media.

Y, recordando que "la Iglesia, en su historia milenaria, ha tenido -y tiene todavía hoy- figuras maravillosas de santidad sacerdotal", el Papa exhortó: "Atesoren tanta riqueza: interésense por sus historias, estudien sus vidas y sus obras, imiten sus virtudes, déjense encender por su celo e invoquen con frecuencia y con insistencia su intercesión".

"Nuestro mundo propone muchas veces modelos de éxito y prestigio discutibles e inconsistentes. No se dejen embaucar por ellos", concluyó: "Miren más bien el sólido ejemplo y los frutos del apostolado, muchas veces escondido y humilde, de quien en la vida ha servido al Señor y a los hermanos con fe y dedicación, y mantengan su memoria con su fidelidad".

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