Detalle de León XIV con la Iglesia africana: saludo imprevisto para agradecer su testimonio

El Papa, en el centro de la imagen, con el cardenal Arinze a su derecha, a la finalización de la misa jubilar por la paz en África.
El Papa tuvo este lunes un detalle significativo con la pujante Iglesia africana, que crece sin cesar a pesar de estar sometida a un intenso martirio en algunos países, como Nigeria, donde se suceden los asesinatos de sacerdotes, religiosos y laicos y los ataques a templos por parte de grupos islamistas.
Por la tarde, en un acto no previsto en su programa, se acercó a saludar a los participantes en la Peregrinación Jubilar por la Paz en África, que acababan de asistir a una misa en la basílica de San Pedro.
La misa fue concelebrada por el cardenal nigeriano Francis Arinze, de 92 años, prefecto emérito del hoy Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; por el cardenal ghanés Peter Turkson, canciller de las Pontificias Academias de Ciencias y de Ciencias Sociales; y por el arzobispo también nigeriano Fortunatus Nwachukwu, secretario del Dicasterio para la Evangelización.
En la peregrinación participaban los embajadores africanos acreditados ante la Santa Sede y ante el estado italiano, así como miembros de sus delegaciones y familiares, hasta un total en torno a quinientas personas.
La importancia de "vivir la fe"
Al finalizar la celebración, el Papa se dirigió en inglés a los presentes, en una intervención sin papeles.
El Año Jubilar, les dijo, "nos invita a todos a buscar la esperanza, pero también a ser signos de esperanza": "¡Qué importante es que todos y cada uno de los bautizados se sienta llamado por Dios a ser hoy signo de esperanza en el mundo!".
"Es nuestra fe la que nos da fortaleza", añadió: "Es nuestra fe la que nos permite ver la luz de Jesucristo en nuestras vidas y entender qué importante es vivir nuestra fe. No solo los domingos, no solo durante una peregrinación, sino todos los días, de modo que nos llenemos de la esperanza que solo Jesucristo puede darnos y que caminemos juntos como hermanos para alabar a nuestro Dios y reconocer que todo lo que tenemos y somos es un don de Dios, y para poner ese don al servicio de los demás".
León XIV concluyó su breve intervención agradeciendo a los presentes, en cuanto representantes de la Iglesia africana, su testimonio: "Gracias por vivir vuestra fe en Jesucristo", y por el "gran testimonio que estáis dando y que el continente de África da al mundo entero".