Su enfrentamiento frontal al crimen organizado le granjeó un atentado bomba contra su parroquia
Muere Basilio, el cura de la lista negra de las mafias italianas: «Un legado que no podemos ignorar»
"Nunca tuvo miedo de decir la verdad, un luchador incluso en la enfermedad y el sufrimiento. Su estilo pastoral es un modelo actual y convincente para todos los sacerdotes", dicen de él.
El 6 de mayo de 1994 era un viernes cualquiera en el barrio de Agna, en Matera. Es una de las ciudades más antiguas que existen y está plagada de icónicos sassi, unas iglesias, casas y ermitas excavados en cuevas naturales reconocibles en algunas escenas de La Pasión. El reloj no marcaba la medianoche cuando un artefacto detonó en la iglesia de Santa Inés, regentada por Basilio Gavazzeni. El precio a pagar por la lucha del sacerdote contra la mafia parecía haber llamado literalmente a su puerta.
Treinta años después, la ciudad llora al sencillo y valiente sacerdote que dedicó su vida a proteger a fieles y vecinos de la usura y violencia de la mafia: el pasado 29 de agosto, el sacerdote fallecía a los 80 años, siendo recordado como “un ejemplo, un camino abierto para todos y un legado que no podemos desperdiciar”.
En la cuna de la "quinta mafia"
El padre Basilio nació en Verdello, provincia de Bérgamo, el 7 de julio de 1945, dos meses después de que concluyese la Segunda Guerra mundial.
De carácter firme y aguerrido, Gavazzeni tenía 26 años cuando en 1971 fue ordenado sacerdote monfortiano. Marcado por una profunda inclinación social, abrazó con alegría los primeros destinos que le encomendaron. El miedo no pudo impedirle ir desde muy joven a evangelizar lugares como Basilicata, que en 2007 ocupó los titulares de la prensa internacional por ser la cuna de la llamada “quinta mafia”: a las conocidísimas Cosa Nostra, Camorra, Ndrangheta o Sacra Corona Unita se unían entonces los Basilischi.
En las décadas de los 70 y 80, las históricas mafias italianas vivieron una segunda edad de oro de crimen organizado. Y ya desde entonces, el padre Basilio desarrolló una profunda labor social, cultural y evangelizadora en Matera que incluía la ayuda a los afectados por la mafia.
Un cura que incomodaba al crimen organizado
El modus operandi de los mafiosos dedicados a los préstamos usureros era, en la mayoría de casos, devastador. Se vio por ejemplo durante la crisis del Covid, cuando los confinamientos obligaron a cerrar durante semanas o meses muchos de los negocios. Arruinados, los dueños y emprendedores veían en los mafiosos locales una ayuda económica necesaria, presentándose al mismo tiempo como una mano amiga cuando todas las demás fallaban.
Era entonces cuando, tras abonar una cantidad de forma inmediata a muchos que lo necesitaban, se comunicaban elevados intereses imposibles de pagar, llegando incluso al trabajo forzoso: "Si hay hijos e hijas en edad en la que ya pueden trabajar legalmente, adultos o menores, el prestamista le pide al padre que los ponga a trabajar cerca de él, en una posición que además no permita llegar a él", dijo a Avvenire, Tommaso De Simone, presidente de la Cámara de Comercio de Caserta.
Los medios italianos recuerdan que el padre Basilio nunca fue -ni quiso ser- un sacerdote cómodo para aquellos criminales. Por el contrario, era “rudo, directo y sin florituras” y hablaba “con claridad y a menudo con palabras duras, pero siempre guiado por una fe profunda y verdadera”, según se dijo en la misa tras su fallecimiento.
La italiana Radio Senise Centrale menciona que, dentro de su incansable lucha contra la usura y el juego -dos relevantes ejes de las mafias modernas- la franqueza y claridad fueron constantes. “El usurero no es un fantasma. Es tu vecino de al lado. Y el silencio es su mejor aliado”, decía.
A sus declaraciones y predicas contra la mafia se unió pronto su lucha activa como presidente de la Fundación Lucana Antiusura "Mons. Cavalla", desde donde denunció públicamente a los prestamistas usureros, sus vínculos con la mafia o la vulnerabilidad de los más pobres respecto del endeudamiento.
Vendetta, la consecuencia de la coherencia
Una militancia que no tardaría en granjearle poderosos enemigos que esperaban el momento oportuno para cobrarse la vendetta.
Aquel día llegó el 6 de mayo de 1994. Era un viernes, por la noche, cuando un artefacto colocado en la puerta de la parroquia de Santa Inés estalló inutilizando buena parte del edificio.
El sacerdote, lejos de amedrentarse, pidió ayuda a dos hermanos y logró edificar una nueva iglesia, más grande e imponente que la anterior, con amplios espacios dedicados a la labor cultural, formativa y deportiva.
Lejos de asustarlo, el ataque reforzó la postura del sacerdote. Una nueva oleada de hostigamientos llegaron para el padre Basilio por la vía legal, acusándole y difamándole ante la Fiscalía de Matera, por la que fue investigado y años después absuelto por completo. E incluso siendo investigado, el sacerdote continuó atendiendo a las víctimas de la adicción. “Me siento indignado y me rebelo contra quienes intimidan a otros”, declaró.
Sin miedo a las consecuencias de la verdad
El arzobispo de Matera-Irsina, Benoni Ambarus, recordó al sacerdote como un “luchador intenso” incluso en la enfermedad o el sufrimiento, que no solo “desafío con valentía las tentaciones del desgaste o el código de silencio”, sino que “nunca tuvo miedo a decir la verdad. Su estilo pastoral es un modelo, una pastoral dispuesta a llegar a los demás, a los lejanos y vulnerables. Es un testimonio creíble y coherente de un Evangelio encarnado”.
Medios como Avvenire hablan de un “modelo” elaborado por el padre Basilio que se ha extendido y consolidado allí donde lo aplicó en la lucha contra la mafia. Fundamentalmente, consistió en la denuncia valiente de los criminales sin el miedo del que estos se aprovechan, el desarrollo de estructuras comunitarias en las que formar y reunirse, como su nueva iglesia o salas de conferencias, prevención del acceso de jóvenes al crimen organizado o inspirando la creación de redes antiusura en otras diócesis y lugares.
Un manual de batalla contra la mafia
En un sentido mensaje de pésame, el Consejo Nacional Antiusura recordó algunas de las fechas y actuaciones más relevantes del sacerdote contra la mafia y la usura:
• En 1970, descubrió que su propio sacristán estaba involucrado en prácticas usurarias. Fue una advertencia temprana, una llamada que marcaría toda su vida.
• En 1992, en Matera, intervino personalmente para salvar a un contratista desesperado, adelantándole una gran suma de su propio bolsillo para salvarlo de los usureros. Este gesto, tan concreto como arriesgado, fue el preludio de su batalla pública.
• En 1993, durante una conferencia sobre economía y usura, conoció al padre Massimo Rastrelli, quien le enseñó el método de las Fundaciones Antiusura. Desde ese momento, Don Basilio comprendió que la lucha contra la usura no podía confiarse únicamente a la caridad personal, sino que debía convertirse en un esfuerzo estructurado, apoyado por instituciones civiles y eclesiásticas.
• En enero de 1994, junto con Angelo Festa y el padre Severino Donadoni, fundó el Comité Lucano Antiusura.
• Unos meses después, animó a una viuda a denunciar al usurero que la amenazaba. La denuncia resultó en un arresto, pero también en graves represalias: la noche del 6 de mayo, un artefacto explosivo detonó contra la puerta de su iglesia. Fue un acto de intimidación que acaparó titulares en la prensa nacional, pero no lo detuvo.
• El 29 de noviembre de ese mismo año, se fundó oficialmente la Fundación Monseñor Vincenzo Cavalla Lucana , con el apoyo de instituciones locales y la sociedad civil. En 1995, la Fundación obtuvo el reconocimiento legal de la Región de Basilicata. Don Basilio, junto con otros sacerdotes comprometidos, participó en la creación del Consejo Nacional Antiusura de San Juan Pablo II, que posteriormente contribuiría a la aprobación de la histórica Ley 108/96 , la primera legislación integral contra la usura.
"Cuando se vive según el Evangelio, nada es casualidad"
Con la muerte del Padre Basilio, “perdemos al último profeta verdadero que, en la lucha contra la usura, captó profundamente las dimensiones de un mal humano universal”, declaró el sociólogo Maurizio Fiasco . “Gracias a la inteligencia de su fe y a la emoción que sentimos al escucharlo, nos permitió comprender cómo este mal conecta a toda la humanidad, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo”.
El Padre Marcello Cozzi, presidente de la Fundación Nacional para el Interés Humano, hizo una esclarecedora comparación: “El mismo día que falleció, hace 34 años, fue asesinado Libero Grassi, un empresario que nunca cedió ante las extorsiones. En definitiva, toda esta batalla nuestra comenzó allí, y creo que cuando se vive según el Evangelio, nada es casualidad”.
Tras su fallecimiento, el alcalde de Matera, Antonio Nicoletti , declaró: “La ciudad ha perdido a un gran hombre, un ejemplo de valentía, una voz indomable que se extrañará, pero que perdurará en las obras, las palabras y el amor que sembró. Como administración municipal, nos comprometemos a mantenerlo vivo no solo en la memoria, sino también en la acción, en particular mediante nuestro compromiso de apoyar las actividades de la Fundación Antiusura, que dirigió hasta su último día”.