«Buscaba una Iglesia que no quisiese cambiar o reinventarse cada década»
Las 4 razones de Tara para dejar de adorar a Lakshmi y Saraswati y abrazar la fe católica
Tara, joven irlandesa conversa, se adentró hace años en la nueva era y posteriormente el protestantismo: cuenta el proceso en su canal "Veiled from Him".
Desde hace días, el canal de YouTube “Veiled from him” acapara miles de visualizaciones y comentarios de cientos de conversos que se identifican con la creadora del canal, Tara, una “católica de cuna” que en su juventud sustituyó su fe por una creencia oriental y Nueva Era que la llevaría a “adorar a deidades como Lakshmi y Saraswati”.
Hace unas semanas, en la transición del papado de Francisco a León XIV, dejó atrás la Nueva Era, el protestantismo y abrazó nuevamente la fe.
Un proceso que ha explicado en detalle en su canal y que comenzó en Estados Unidos, en el seno de una familia de raíces irlandesas y marcadamente católica.
Una profunda fe que resonaba desde la infancia
De niña recibió los sacramentos, formación cristiana, iba a colegios católicos, leía la Biblia y acudía a ella con frecuencia y su paso por la adolescencia tan solo generó una mayor atracción por las catedrales y sus vidrieras, inciensos y cruces.
“Había algo muy reverente en ello y resonaba mucho para mí”, cuenta.
Concluida la universidad se mudó a Nueva York con 21 años. Y con su nueva vida, cuenta, “también empecé a cuestionar enseñanzas de la Iglesia que sentía que no estaban hechas para los tiempos modernos”.
“Empecé a discutir con mi madre sobre cómo la Iglesia estaba tan lejos de la modernidad. [Pensaba] que era imposible estar a la altura del estándar de la anticoncepción o no tener relaciones antes del matrimonio”, relata.
De Roma a Tailandia: en la Nueva Era
Mientras, la literatura de una Nueva Era entonces al alza empezaba a llegar a sus manos, quedando fascinada por términos e ideas como lo oriental, la paz interior, que la meditación podría cambiar la realidad externa o tener el control sobre el propio destino.
Absorbida por el orientalismo, Tara empezó a practicar yoga y meditación, dejó su empresa y se fue a Bali y Tailandia para profundizar en aquellas enseñanzas.
“Caí en la trampa de idealizar mis pensamientos y deseos, me obsesioné con el desarrollo personal, el empoderamiento de la mujer o hacer mi camino al dinero, eso era para mi la libertad”, detalla la conversa, que por entonces aprendía a adorar deidades como Lakshmi, Saraswati o el relato de María Magdalena como esposa de Jesús.
Tara, americana conversa de raíces irlandesas y autora del canal "Veiled from him".
“En ese momento todavía veneraba a Jesús, pero me enseñaron que era solo uno de los maestros ascendidos que caminaron por la tierra en algún momento”, relata.
En las raíces de María Magdalena: "Vuelve al Señor"
Interesada por la ficción vertida de María Magdalena, la joven peregrinó al santuario francés de la Sainte-Baume dedicado a la santa.
Una vez allí, pensó que, de hecho, ella ya no se identificaba como católica, pero sin embargo había terminado en un lugar rodeada por velas, estatuas de santos o de los apóstoles y en el que se celebraba misa todos los días.
Era su segundo día, y la joven estaba meditando y rezando en el santuario cuando le invadió una voz que no podía ubicar: “Tienes que volver a los pies de Jesús”.
Cuando miró a su alrededor comprendió que nadie más lo había escuchado. La joven sentía escalofríos, sintió los pelos de punta en la nuca y, con todo ello, también “el convencimiento de que de alguna manera, Dios me perseguía”.
Una conversa en el interregno pontificio
De vuelta en San Diego, Tara empezó a frecuentar centros protestantes en los que creía que encontraría el sentido a lo ocurrido.
“Pero me parecía que faltaba algo”, cuenta ella, convencida de que debía haber algo más allá de los conciertos, luces, micrófonos o mensajes cautivadores y motivacionales de los servicios religiosos.
Una tendencia que cambió de la noche a la mañana, cuando le sorprendió un fuerte llamado a ir a misa.
No hace mucho de aquello, en la transición del pontificado de Francisco al de León XIV, que entonces se fraguaba, añadiendo así curiosidad a su acercamiento.
Tara, que nunca antes se había interesado por la figura del pontificado, se encontraba ahora expectante ante la próxima elección, lo que vino aparejado de búsquedas en YouTube y un algoritmo que le devolvía cada vez más vídeos de apologética, conversiones e historia de la Iglesia. Casi sin buscarlas, la joven estaba encontrando la respuesta a buena parte de sus preguntas.
"En las Escrituras solo había una Iglesia, no muchas"
“Me enganché”, admite ella, sintiendo “cada vez más hambre” de contenidos religiosos y espirituales en torno a la verdad de la Iglesia. Empezó Rome sweet Home, de Scott Hahn, le siguió el Catecismo, los Padres de la Iglesia… “Buscaba y pedía al Señor que me mostrase cuál era la verdad. Quería estar en casa, en Su Iglesia, donde el quería que yo estuviese. Quería estar en una Iglesia en la que no se quisiese cambiar de opinión”, agrega.
Testimonios
Educado de niño en la teosofía y la New Age, exploró todas las religiones antes de hacerse católico
Pablo J. Ginés
Todo lo que vivía parecía tener siempre el mismo destino, el regreso a la Iglesia. Pero aún le quedaba un camino intelectual que continuó abordando la ruptura protestante, la reforma católica y los cismas que se multiplicaban en las llamadas iglesias reformadas.
Empezó desde las mismas Escrituras, donde “solo había una, y no muchas Iglesias, denominaciones o sistemas de creencias. Muchas cosas empezaban a no encajar y empecé a sentirme agradecida de haber sido criada como católica”.
La Eucaristía y la presencia real fue uno de sus últimos pasos antes de convertirse, atisbando lo crucial del cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo en la Eucaristía.
Aquello llevó a Tara, en última instancia, a confesarse después de 25 años.
“Entonces entendí completamente por qué necesitamos la confesión, por qué necesitamos realmente confesar nuestros pecados ante una persona que ha pasado por una rigurosa formación religiosa, haber dedicado su vida a Cristo y someterse a la autoridad espiritual”, detalla.
Antes de concluir, la conversa aborda los cuatro argumentos centrales que la llevaron de vuelta a la fe católica.
1º La Iglesia
“Sus orígenes están en Jesús, así que realmente es posible rastrear histórica y teológicamente los orígenes de la Iglesia y llegar al mismo Cristo. Yo no quería ir a una iglesia moderna que se reinventa cada década, quería la Iglesia original y la continuidad”.
2º La Eucaristía
“Nunca me di cuenta de lo mucho que perdí [sin la comunión] hasta que la experimenté de nuevo. Anhelaba la comunión con su cuerpo, sangre, alma y divinidad También empecé a entender por qué mi madre iba a misa todos los días: quería estar en comunión con su Señor y Salvador”.
3º La sucesión apostólica
“Durante años me resistí totalmente a la idea de jerarquía. Pero en mi vida, me perdí tantas veces que me di cuenta que necesito algo más que mi opinión, que hay una autoridad a la que someterme. Hoy se puede literalmente rastrear a los obispos y su origen en los apóstoles uno por uno. Esto no era solo una tradición, era el diseño de Dios para su Iglesia”.
4º La fe sin obras no basta
“Yo sostenía la sólida creencia de que somos salvados por la fe. Pero con el tiempo lo vi como algo engañoso: durante cinco años en círculos no confesionales, vi gente incluida yo misma que estaba viviendo claramente en pecado pero consolada por la creencia de que habían sido salvados solo porque una vez declararon que Jesús era su salvador. Me sentí hipócrita, como una falta total de respeto a Dios. Es vivir como quieras, sin arrepentimiento, lo que impide que las personas se convenzan seriamente a vivir como Jesús. La fe sin obras es una fe muerta”.