Caroline invocaba espíritus y hacía rituales de reiki y cristales... le cambió una misa de jueves

Caroline Burt
"Hasta septiembre de 2011, yo no tenía ningún interés en la religión, en absoluto", explica la inglesa Caroline Burt en ChNetwork.org. Había estado implicadísima en la nueva era, el reiki y el espiritismo, pero Dios no le interesaba. ¿Qué le cambió y le llevó a un cristianismo alegre y gozoso?
Una misa de diario con la puerta abierta.
Un convento con una librería bien atendida y el libro adecuado.
Una señora que le invitó a rezar el Rosario.
Pero el camino hasta llegar allí fue largo y atravesó valles realmente tenebrosos.
Familia sin religión
De bebé, Caroline fue bautizada en la Iglesia de Inglaterra (anglicana), aunque su padre era ateo convencido y su madre no iba a la iglesia. "De hecho, de niña en casa se me animaba a no practicar la fe cristiana", recuerda.
Creciendo en el sureste de Inglaterra, se educó en escuelas anglicanas, donde había clases de religión y oraciones por la mañana, pero ella no prestaba ninguna atención ni lo valoraba. Cuando acabó la escuela, desapareció cualquier oración en su vida.
Alguna vez que iba a la iglesia para bodas o funerales, pensaba que la gente religiosa era rara; ¿por qué ir a la iglesia los domingos, pudiendo quedarse en la cama durmiendo tranquilamente?
7 años de espiritismo y new age
En 2003 se mudó a la Isla de Wight, frente a la costa sur de Inglaterra. Allí acudió a una echadora de cartas de tarot, que la invitó a su grupo de "new age" (nueva era). "Esa señora era una medium practicante y dirigía un grupo psíquico". Acudió al grupo por curiosidad... y se quedó 7 años.
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Una sesión de reiki "sanador" "En ese tiempo, aprendí cómo ser yo misma una medium, canalizando espíritus a través de mi cuerpo, leyendo cartas del tarot, entrenándome para ser una sanadora con reiki, y entrenando a otros para que lo hicieran. Impartía talleres de cristales y de "ángeles", que incluían sanación y ciertos hechizos "mágicos" para atraer a nuestra vida lo que yo y otros deseábamos". [Para un análisis católico del reiki, lea aquí las conclusiones del padre Gareth Leyshon.] Fiestas neopaganas "Además, celebraba los shabats, las octavas, los días de cuarto de luna que representan las estaciones del año en las que invocábamos los poderes de los dioses y diosasy realizábamos ciertos rituales. Asistí a una ceremonia del nombre (que es como un "bautizo pagano") y un enlace de manos entre dos ex-católicos." En enero de 2011 todo eso ya no le llenaba. Pensó que no podía crecer más en esa dirección. Además, su nuevo trabajo como cuidadora en casa de una anciana durante 24 horas al día no le dejaba casi tiempo libre para esas cosas. Una parroquia con la puerta abierta A mediados de septiembre, teniendo algo de tiempo para sí misma, visitó su pueblo de Ryde, en Isla de Wight. "Por alguna razón, decidí dar un paseo. Mientras caminaba por la parte alta de High Street, vi una puerta abierta y mis pies me llevaron dentro. Había vivido en Ryde 14 años, y aunque suene raro, nunca me había dado cuenta de que allí hubiese una iglesia, aunque pasé ante ella cientos de veces". "Entré en la iglesia cuando estaban celebrando la misa católica. Yo no sabía entonces que era una iglesia católica. No quería llamar la atención, así que me senté para pasar desapercibida. El cura decía algo, la gente respondía, las palabras pasaban de largo para mí, pero estando allí sentada, escuchando, algo en mi interior se movió. A lo largo de esa misa, la gente se arrodillaba, o se levantaba, o se arrodillaba otra vez, y yo con ellos, fingiendo que sabía lo que pasaba. Entonces se levantaron todos y fueron delante, y el cura repartía lo que -según supe luego- era la Sagrada Comunión. En ese momento, simplemente me quedé sentada pensando: vale, aquí estoy sentada en una iglesia un jueves por la mañana, pero, de verdad, yo no soy de ir a iglesias." La paz del monasterio La vida pareció seguir sin cambios, pero unos días después, estando en Ryde otra vez, Caroline acudió al cercano monasterio de monjes benedictinos de Quarr Abbey (www.quarrabbey.co.uk). Lo había visitado una vez con su madre, 8 años atrás, sin prestarle atención, y había pasado varias veces ante él yendo a cualquier otro lugar. Pero esta vez aparcó su coche, entró en el templo y se sentó allí, preguntándose porqué ella, una seguidora de la Nueva Era, sin interés en Dios, se sentía atraída.
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