Religión en Libertad

El último episodio de Hagan Lío, de Infinito +1, aborda el éxito de este tipo de retiros 

Cotelo explora los Retiros de Emaús, pero hay cosas que no se pueden contar: «Es algo muy fuerte»

"Una de las cosas más sorprendentes es que es un retiro de laicos para laicos", dicen los que lo han vivido.youtube

Publicado por
J. C. 

Creado:

Actualizado:

"El encuentro personal con Jesucristo sucede de 1000 formas, por ejemplo, participando durante un fin de semana en una experiencia llamada Retiro de Emaús. Si estás en la zona de confort no es recomendable que vayas a ese retiro porque te puedes meter en un buen lío", así comienza Juan Manuel Cotelo, en el último episodio de Hagan Lío, de Infinito +1, con Carlota Valenzuela.

Un nuevo capítulo que aborda los Retiros de Emaús, una de las experiencias de nueva evangelización que están 'pegando' con más fuerza en España e Hispanoamérica en estos momentos. 

Son numerosos los testimonios de personas que han visto su vida transformada tras participar durante el fin de semana en este encuentro con el Señor. De hecho, es tal la demanda de estos retiros que existe una enorme lista de espera.

En Emaús participan laicos y consagrados, católicos con gran formación y personas no creyentes, ateas o de otras religiones. Y, también, gente que arrastra grandes sufrimientos. La tónica general de todo el que sale de ellos es que ha sido tocado por el Espíritu Santo.

Sin embargo, poco más se conoce de lo que ocurre dentro de estos retiros. Lo saben únicamente los que participan pues al ser un encuentro basado en gran parte en testimonios de vida y experiencias es necesario que los que participan estén tranquilos al desnudar su alma sabiendo que esto no saldrá fuera. Por ello, su éxito es aún más llamativo pues se basa únicamente en el boca a boca de que ese fin de semana es un soplo del Espíritu Santo.

Estos retiros se fundaron hace ya más de 30 años en Miami (Estados Unidos) de manos de Mirna Gallagher y un grupo de mujeres, bajo la supervisión del obispo y del párroco. Con los años llegaron también a Argentina donde el entonces arzobispo de Buenos Aires, el hoy Papa Francisco los acogió con entusiasmo. A España llegaron en 2010 y su expansión está siendo muy rápida. Y los testimonios hablan por sí mismos.

Un retiro "de laicos para laicos"

"Cuando llegué al Retiro de Emaús estaba bastante vacía, desde pequeña he tenido muchos problemas de autoestima. Siempre me he sentido inferior. Utilizaba mucho el sexo para poder darme valor a mí misma. Llegué a Emaús como un rastrojo, no me quería. Para mí Dios era la imagen de un Señor que vive por el cielo, muy, muy lejos de mí, y que no tiene nada que ver conmigo", comenta Beatriz en este episodio.

"Yo era ateo, y mis padres, cada vez que iban a misa, discutía con ellos, les decía que no tenía ningún sentido lo que estaban haciendo, que todo eso era un engaño, que Dios había muerto", añade Juan.

"Yo soy ingeniero, soy de ciencias y soy muy racional, todo me lo tengo que preguntar, todo tiene que tener una respuesta. Qué sentido tiene la vida, por qué si Dios es todopoderoso hay sufrimiento en el mundo... Poco a poco me fui alejando de la fe", dice Quique. 

Así comienza el último capítulo de Hagan Lío, con una curiosa exposición de motivos de lo que había dentro de cada uno de los protagonistas, antes de pasar por un Retiro de Emaús. A partir de ahí, todo es achacable a la gracia y al Espíritu Santo, aseguran ellos. 

"Una de las cosas más sorprendentes, por lo menos para mí, es que es un retiro de laicos para laicos. Tú no vas allí y te encuentras a 20 monjas o a 15 curas predicando, ni es un retiro en el que te vayan a hablar de teología ni de cosas complejas. Es un retiro que está totalmente guiado por el Espíritu Santo, y, a través de esas mujeres y de esos hombres que van ese fin de semana, lo palpas, te encuentras tantos testimonios de vida", explica Beatriz. 

"Es un retiro que está totalmente guiado por el Espíritu Santo", dice Beatriz.YOUTUBE

"Yo estaba allí sentada y decía, pero si esta mujer ha hecho de todo, pero si esta otra... ¡madre mía!... y luego ha aparecido el Señor, ahí, y sus vidas han cambiado... sus vidas han cobrado otro sentido, el Señor ha ido sanando cosas. Entonces, yo me preguntaba, si ellas han podido, yo también podré", añade. 

Sobre los "servidores", las personas que recibieron en su día el retiro y, ahora, son las que lo ofrecen al resto, Beatriz tiene su opinión. "Ellos no han estudiado a Dios, ellos han vivido a Dios, han vivido el amor de Dios, lo han sentido en sus vidas, y lo único que quieren es darlo a los demás", comenta. 

"Allí me encontré con un amor indiscriminado, es decir, no para los elegidos. El amor de Dios en personas que no le conocían. Gente declarada atea, gente con vidas destrozadas, que no tiene ganas de vivir", relata Javier en el episodio. 

"Me encontré con un amor indiscriminado, es decir, no para los elegidos", dice Javier, sobre los Retiros de Emaús.YOUTUBE

"Sentí ese amor, lo viví, pero físicamente. Fue un amor tan grande, que no lo conocía, era imposible humanamente amar así", reconoce María. 

"Yo creía que era un buen cristiano y que tenía el cielo ganado, pero allí me di cuenta de que estaba muy lejos de entender lo que era la vivencia de la fe. Descubrí el verdadero amor de Dios, que creía que ya sabía, conocía y practicaba. Nada más lejos de la realidad. Para mí, fue una verdadera conversión", dice Javier, sobre el Retiro de Emaús.

Nada para merecerlo

"En el retiro me iba dejando llevar, me iba sintiendo a gusto, me iba sintiendo acogida. Iba entrando en las dinámicas del retiro, calladita, muy emocionada, la verdad, porque en el retiro pasan cosas muy, muy fuertes. Y llega un momento en el que estaba rodeada de gente, estábamos en una dinámica del retiro, y todo desapareció para mí", confiesa Beatriz.

"De repente noté la presencia de Jesús. Yo estaba con los ojos cerrados y sentía que Él estaba ahí, que, con mucha delicadeza, se acercaba a mí, abría sus brazos y me envolvía, me abrazaba y, en ese abrazo, yo decía: ¡qué felicidad!, ¡qué amor! Incluso, cuando eso se acabó, lo hizo de una forma tan sutil, como si, abrazado a mí, despegara sus brazos despacio, muy dulce, muy lento. Yo decía: 'Señor no te vayas, no te vayas, que estoy muy a gusto'. Cuando todo eso acaba, me digo: '¿qué ha pasado aquí?'".

Fue algo tan sorprendente para Beatriz, que nunca pensó que le fuera a pasar en la vida. "Yo no iba predispuesta a nada, no tenía ganas de encontrarme con Dios, no tenía ganas de meterme en la Iglesia, de hecho, tenía muchos prejuicios, pero no puedo negar todo eso que viví", explica sobre aquel fin de semana.

"Fue como un momento de luz que me iluminó, que me hizo saber que Jesús está vivo, que me quiere y, lo más importante para mí, que no tengo que hacer nada para merecer ese amor. Que le da igual si soy más alta o más baja, si tengo más kilos o menos, si soy más o menos pecadora. No tengo que hacer méritos para ese amor. Eso me ayudó a aceptarme y a quererme y a decir: 'pero si Dios me ama así, ¿quién soy yo para no amarme?'", añade.

"A mi marido le han hecho algo"

"El último retiro que había hecho fue en el colegio, con 13 años. Mi marido fue al retiro y, desde allí, me escribe un mensaje. Dije: 'a mi marido le han hecho algo, este no es mi marido'. Nunca ha hablado así de Dios, si nosotros éramos personas que íbamos a misa por tradición", comenta Laura.

"Fuimos a recogerlo al retiro y vino totalmente cambiado. Le dije que me lo tenía que contar todo, él me dijo que no podía, y yo: '¿cómo que no?, si soy tu mujer'. Y él: 'que no te puedo contar nada, lo que tienes que hacer es hacerlo y, además, te va a cambiar la vida'", recuerda Laura. 

"Yo estaba un poco celosa, de eso que ves que ya no eres lo primero de su vida. Veía que ese Dios con el que él se había encontrado en Emaús tenía un espacio superior a mí. Empezó a ser más detallista, quería ayudar a los demás, quería hacer obras de caridad y ayudar a los pobres, a darles de comer, a hablar con ellos. Las cosas de la tierra ya no le importaban tanto, era mejor y yo veía como que él se distanciaba de mí en eso, llevaba otro camino y yo quería seguir yendo por el camino que siempre había ido", añade. 

"Veía que ese Dios con el que se había encontrado tenía un espacio superior a mí", recuerda Laura.youtube

"Y, en mayo, después de una conversación muy bonita que tuvimos aquí, en este salón, me dijo: 'mira, Laura, te tengo que contar algo, que el día más importante y más bonito de mi vida fue aquel sábado por la noche'. Y yo le digo: '¿qué me estás contando?, y mi boda, y nuestra hija... ¿me estás diciendo que una noche en una casa de retiros fue el mejor día de tu vida?'. Y, entonces, se quedó así, y dijo: 'bueno, bueno, después de la boda'... pero es de eso que sabes que te está mintiendo", comenta.

"Poco después de esa conversación, me dijo: 'he hablado con la encargada de los retiros, ha habido una baja y vas a poder entrar al retiro que se va a hacer ahora. Que sepas que este es mi regalo'. Y ahí quedó la cosa. Esto fue a principios de mayo", recuerda Laura. 

"El 18 de mayo de 2018, una noche, porque Dios lo quiso así, mi marido no se despertó. Le dije que por favor se despertase, porque no me encontraba bien. Y, bueno, él no se despertó, había fallecido de muerte súbita. Mi hija tenía dos años en ese momento y un montón de planes. Yo tenía 32 años, era una niña, y ahí mi vida cambió para siempre. Me quedé sin marido y mi hija se quedó sin padre", relata Laura. 

El marido de Laura falleció de muerte súbita en mayo de 2018.youtube

Y, entonces, era el momento de tomar el regalo que su marido le había dejado antes de marchar. "Cómo no iba a ir al retiro, yo me estaba muriendo literal. Mi marido había vivido el día más importante de su vida allí y yo tenía que verlo, tenía que saber qué pasaba allí. Iba destrozada y lo pasé muy mal, muy mal. Y en esa vorágine, donde parece que todo se rompe, que tu vida ha terminado... recuerdo aquella conversación en este salón, cuando él me dijo que aquel sábado había sido el día más bonito de su vida, y ahí es cuando me di cuenta de todo", comenta Laura. 

"Pensé que él no se había llevado nada, sus clientes... no se había llevado su éxito profesional, no se había llevado nada, solo se había llevado una cosa, y era el amor. Ese amor que había dejado en su hija, en mí, en su familia, en sus amigos, en su trabajo. Eso es lo que a mí me cambió. Yo tengo un fin que es llegar al cielo, es encontrarme con el amor, y allí estaremos todos disfrutando", añade. 

"Cambió mi vida para siempre, porque ese Dios pasó al corazón y transformó mi vida. Fue un shock brutal, mi marido me presentó al Señor, a ese Dios que yo de alguna manera siempre había estado buscando. Todos tenemos ese anhelo de felicidad, y yo a través de su muerte he encontrado la vida", concluye Laura.

"¿Cuánto puede costar el coach más caro del mundo, el número uno?, ¿10.000 euros la hora?, pues ese señor no es capaz de cambiarle la vida a una persona en 48 horas, y, aquí, no ocurre con una, aquí ocurre con 40 o 50 personas. Mi conclusión es que solo puede ser Dios, no puede venir de otro sitio más que de Dios", explica Javier, sobre los retiros que le cambiaron la vida.

Puedes ver el último episodio de Hagan Lío aquí.

"Gente atea, gente que se va a divorciar y no se divorcia, sino todo lo contrario, que rehace su vida por ese fin de semana, por ese encuentro con Dios, a base de los testimonios de otras personas. Algo pasa que es maravilloso y que convierte", concluye.

Comentarios
tracking