La gran procesión de hermandades y cofradías del sábado 17 de mayo en Roma fue un acontecimiento histórico, con cofradías llegadas de Portugal, Italia, Francia y España, que avanzaban por el Circo Máximo. Muchos sevillanos y malagueños acudieron allí, como peregrinos a la Puerta Santa, pero también para apoyar a sus imágenes titulares, el Cristo de la Expiración de Sevilla (popularmente llamado El Cachorro) y la Virgen de la Esperanza, de Málaga (un advocación ligada al Jubileo de la Esperanza).
Paloma Artola, hermana de la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza, explicaba en VaticanNews que la esperanza "es la que mueve los corazones y mueve un mundo de fe".
Ignacio Hurtado, juez de penas de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, comentó a VaticaNews la satisfacción de los hermanos de su cofradía porque en 2011 ya participaron en la procesión extraordinaria de la JMJ de Madrid, ante cientos de miles de jóvenes atónitos de todo el mundo, y el sábado podían mostrar también su Nazareno en Roma.
La Gran Procesión implicó hasta 14 meses de preparación, montar y desmontar los pasos y tronos e imágenes y trasladarlas con una complicada logística. Algunas hermandades de Italia vinieron caminando durante varios días desde su ciudad.
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