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La familia, eje del pontificado de Francisco: dio consejos a suegras y enfrentó al lobby de género

«Sueñen sin miedo de formar una familia, de procrear y educar unos hijos», repetía el pontífice

Durante su pontificado, Francisco presidió tres Jornadas de las Familias, escribió una encíclica y dedicó numerosas catequésis a los miembros más débiles de la familia.

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ReL

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Consciente de que la "decadencia cultural que no promueve el amor y la entrega", la familia fue un tema primordial del magisterio del Papa Francisco que culminó en la publicación de una exhortación apostólica dedicada al "amor en la familia", Amoris Laetitia.

"La situación actual de la familia y sus desafíos", sin embargo, no se limitó a este documento. También presidió tres Encuentros Mundiales de las Familias y dedicó no pocas catequesis a miembros de la familia extensa como son los abuelos.

En un clima de continuos ataques a esta institución, llamó a los padres a cumplir la misión de la familia que, en sus propias palabras, consiste en "crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo".

También incidió en el vigor que la fe cristiana aporta a la familia, ya que "cada vez que las familias, incluso aquellas heridas y marcadas por la fragilidad, fracasos y dificultades, regresan a la fuente de la experiencia cristiana, se abren caminos nuevos y posibilidades inesperadas".

"Sueñen sin miedo de formar una familia"

No faltaron las polémicas en torno a la familia, como la que se desprendió al reivindicar la "paternidad responsable" frente al uso de anticonceptivos, cuando afirmó a los periodistas que "algunos piensan que para ser buenos católicos tenemos que ser como conejos".

Sin embargo, dejó patente el reconocimiento de las familias numerosas en no pocas ocasiones, como expresó en uno de sus viajes a Eslovaquia ante miles de jóvenes: "Sueñen con una belleza que vaya más allá de la apariencia, más allá de las tendencias de la moda. Sueñen sin miedo de formar una familia, de procrear y educar unos hijos, de pasar una vida compartiendo todo con otra persona".

A lo largo del pontificado de Francisco, la vida comunitaria y el cuestionamiento del individualismo fueron dos temas centrales que afectan directamente a la familia. Así, en la última Jornada Mundial de las Familias que presidió en junio de 2022 remarcó la importancia crucial de la aportación de cada uno de sus miembros.

"Sois papás, mamás, hijos, abuelos, tíos; sois adultos, niños, jóvenes, ancianos; cada uno con una experiencia diferente de familia, pero todos con la misma esperanza hecha oración. En vez de vivir como 'islas', os habéis puesto al servicio los unos de los otros. De este modo se vive la libertad en familia. La familia es el lugar del encuentro, del compartir, del salir de sí mismos. Es el primer lugar donde se aprende a amar", comentó el Pontífice.

Centrado en los más débiles y ancianos de la familia

También trató profusamente la importancia del cuidado de los miembros más débiles de la familia, como son los abuelos. En este sentido, afirmó que "honrar a los ancianos está sellado por el mandamiento de Dios" y que "custodiarlos" es un deber cristiano, llegando a pedir "por favor" no alejar a los más mayores de las familias a residencias.

En relación a la familia extensa, tuvo especial repercusión el "consejo" que dirigió en torno a la convivencia con las suegras y nueras en una de sus catequesis sobre la vejez:

"La suegra no digo que la pensamos como el diablo pero siempre se piensa en ella como una figura mala. Pero la suegra es la madre de tu marido, es la madre de tu mujer. Mirad bien la relación que vosotros tenéis con vuestras suegras: a veces son un poco especiales, pero te han dado la maternidad del cónyuge, te han dado todo. Hay que hacerlas felices", subrayó.

También se dirigió a ellas: "Estad atentas a la lengua, porque la lengua es uno de los pecados más malos de las suegras, estad atentas".

Como este último caso, las situaciones cotidianas que podían perjudicar la relación familiar también estuvieron presentes, como es el abuso de los teléfonos móviles:

"Es peligroso cuando, en lugar de hablar, nos aislamos con nuestros teléfonos móviles; es triste ver a una familia en la comida, cada uno con su teléfono móvil sin hablar con los demás; cada uno habla con su teléfono", denunció. Semejante fue su valoración de la creciente "adicción a la televisión", que "dificulta la transmisión de la fe de padres a hijos".

Una temática constante del pontificado

La cuestión de la familia estuvo presente hasta los últimos momentos del pontificado.

Por ejemplo, ya en diciembre de 2024, concluyendo el año y pocas semanas antes de uno de sus ingresos más graves por la neumonía bilateral, Francisco volvió a remarcar la importancia de la escucha atenta y del diálogo sincero entre los miembros del hogar, con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia del 29 de diciembre. 

"La Sagrada Familia de Nazaret es un modelo porque es una familia que dialoga, que habla; el diálogo es el elemento más importante para una familia. En la familia es más importante escuchar que entender. Escuchar es dar importancia al otro, reconocer su derecho a existir y a pensar por sí mismo. Los niños lo necesitan", aseguró.

En un intento de concretar sus consejos, invitó a los fieles a mantener la costumbre de la comida familiar como ocasión de unión. 

“Esto puede resolver muchos problemas y, sobre todo, une a las generaciones: los hijos que hablan con sus padres, los nietos que hablan con sus abuelos. No te quedes nunca encerrado en ti mismo o, peor aún, con la cabeza en el móvil. Hablar, escucharse, ¡este es el diálogo que hace bien y que hace crecer!”.

La "inquietante" ideología de género

Sin embargo, no pasó por alto los profundos retos y amenazas globales que hoy enfrenta la familia, refiriéndose especialmente a los estragos causados por la ideología de género. Esta, denunció, "niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer, presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia y lleva a proyectos educativos y directrices que promueven una identidad radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre hombre y mujer".

"La vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas Es inquietante que algunas ideologías de este tipo procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños", denunció.

Ante la "deconstrucción jurídica de la familia" que "avanza en muchos países", reafirmó que "sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad". También remarcó que "las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio".