El obispo Garciandía y los jóvenes en la devoción popular: «Buscan emoción, pertenencia, arraigo»

El obispo Mikel Garciandía con cofrades de Palencia; es el responsable de la religiosidad popular en Conferencia Episcopal
La web de Radio Televisión Española publica una detallada entrevista por escrito con el obispo de Palencia, Mikel Garciandía Goñi, de 61 años, que es el obispo encargado de Piedad Popular en la Conferencia Episcopal Española. Tomó posesión de su diócesis en enero de 2024, antes fue responsable del santuario de San Miguel de Aralar.
Sobre las cofradías masculinas, señala que "donde hay cofradías masculinas y ha habido una reivindicación o petición por parte de las mujeres para entrar en ellas, ya se han convertido en cofradías mixtas. Y eso es buenísimo porque la situación actual no es la de hace 100 años".
Los jóvenes entusiastas con la devoción popular
Del entusiasmo de muchos jóvenes por la religiosidad popular comenta: "La gente joven está en otro momento cultural y de sensibilidad en el que buscan vivencia, buscan emoción, buscan pertenencia, relevancia, arraigo en la tradición... Este es el elemento sociológico que nos viene. Y con una total naturalidad, hijos de padres que pueden ser religiosamente fríos, encuentran en el ambiente cofrade algo que les llena profundamente. Es un fenómeno para acompañar, es una llamada para nosotros".
El obispo constata que "vivimos en un mundo emotivista donde las grandes opciones parece que hay que hacerlas a golpe de impulso, mientras que en una visión cristiana de la libertad, siempre tiene que haber ese conjuntar la reflexión con el sentimiento. Cuando una emoción se acoge, se discierne y voluntariamente se elige, esa emoción se va convirtiendo en un sentimiento. Yo pienso que tendríamos que acercarnos desde una cultura de la emoción y del impacto a una cultura más del sentimiento y de la experiencia. Eso implica siempre el filtro de la voluntad, de la libertad, de la racionalidad ante los demás, de la Historia, del compromiso... El impacto es efímero, mientras que un sentimiento acogido genera un estilo de vida y la cambia".
Las impactantes imágenes barrocas
En el caso de la devoción popular en las calles, señala que "las imágenes barrocas buscan realmente impactar, impresionar. Yo lo que diría es que cuando descubramos y miremos tanto dolor de la flagelación, de la crucifixión, que es tan terriblemente cruel, que se tenga en cuenta siempre que eso solamente tiene sentido desde una historia que ha acabado bien, que ha acabado en vida".
"Las imágenes de Jesucristo resucitado, como tal, son más raras o más extrañas", admite. "Las hay, pero a la hora de procesionar es siempre muchísimo más sencillo mostrar plásticamente un cuerpo flagelado, un cuerpo muerto, que mostrar a Cristo resucitado que se aparece y que a aquellos primeros discípulos les costó 50 días saber si era el Señor o no era el Señor. Dudaron tras cada aparición. Tuvo que llegar el Espíritu Santo y tuvo que llegar Pentecostés para que se dieran cuenta de que nosotros hemos incorporado la vida de Dios en nosotros".
"Desde el Domingo de Resurrección se nos debería notar el amor, la alegría, la paz y el perdón que son las manifestaciones y las pruebas de que Jesús está vivo", afirma el obispo de Palencia.
Su visión de las cofradías en España
Sobre las cofradías en España, y tras haber observado sobre todo las diócesis castellanas y andaluzas, señala que "tratan de que cualquier hermano o hermana por el hecho de pertenecer a una cofradía no se quede en unos actos oficiales exteriores durante siete días sino que se busca darle una continuidad. Hay como tres líneas de trabajo que serían, en primer lugar la formación en una identidad cristiana; en segundo lugar, sería una experiencia de espiritualidad, de Dios, de trascendencia, de cuidar la vida interior y ser acompañados espiritualmente; y en tercer lugar, el impacto que todo grupo cristiano tiene que tener en el mundo de la marginación y de los pobres. Hay cofradías que destinan muchos bienes y mucho dinero a proyectos sociales de envergadura".

El obispo de Palencia, Mikel Garciandía, con el hisopo en una romería popular
Sobre el fenómeno de las cofradías "laicas" (de devoción católica, pero sin relación oficial con la Iglesia, fenómeno con cierta presencia en Cataluña) comenta que "en la medida en que hay un convencimiento por parte de las cofradías de que realmente están mostrando la piedad católica, ahí tenemos que esforzarnos en acercarnos los unos a los otros para que haya una coherencia".
Para el futuro, él querría que los materiales de la Conferencia Episcopal Española "se vayan ofreciendo a las cofradías. Obviamente, todos los años, como en tantos órganos de la Conferencia Episcopal, tenemos encuentros anuales. El último lo tuvimos en Mérida y ahí sí que hay una labor muy interesante de coordinación, por ejemplo, con los santuarios. Trabajamos con los santuarios, las peregrinaciones y la piedad popular de manera cada vez un poco más coordinada".
¿Semana Santa sin entrar en una iglesia?
"Una persona puede decir que ha vivido la Semana Santa sin entrar en una sola iglesia y yo lo que le diría es que ha participado de la piedad popular, de la religiosidad popular", quiere matizar el obispo.
El obispo señala que "muchas veces hay gente que acude a las cofradías y que son gente no bautizada, que no ha hecho la comunión, que no se ha confirmado. Eso supone una oportunidad pastoral. Yo sueño un escenario como el de la Iglesia de Francia en estos momentos. Al menos nos llevan 20 años de ventaja", dice, refiriéndose al crecimiento del bautizos de adultos (aunque en España no hay cifras sobre bautizos de adultos, ni de retornados a la fe o a la Iglesia, porque nunca se hacen estudios ni lo contabilizan diócesis ni estudios universitarios).
Y finaliza diciendo: "La tarea, la misión, la vocación de todo hermano y de toda hermandad es mostrar ese cariño con el que nosotros hemos sido gratuitamente amados. Ahora nos toca expandir ese amor a todos. Un amor que es una maravilla y que es pura alegría y pura paz".