El sacerdote Ángel Román Idígoras, nuevo obispo de Albacete, diócesis vacante desde hace un año
Ángel Román Idígoras es el nuevo obispo de Albacete.
Francisco ha nombrado este jueves obispo de Albacete al sacerdote Ángel Román Idígoras, en la actualidad vicario territorial de la Vicaría de San Félix de la diócesis de Alcalá de Henares.
La diócesis de Albacete estaba vacante desde abril de 2024, cuando el Papa aceptó la renuncia de monseñor Ángel Fernández Collado por motivos de salud, vinculados sobre todo con las intervenciones oculares a las que fue sometido. Ejercía hasta ahora como administrador diocesano el sacerdote Julián Ros.
Román Idígoras nació en Madrid el 30 de junio de 1968. Tiene, pues 56 años. Ingresó en el seminario menor en 1984. Es licenciado en Magisterio por la Universidad Complutense de Madrid y en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología León XIII de la Universidad Pontificia de Salamanca, además de bachiller en Teología por el Centro de Estudios Teológicos San Dámaso.
Fue ordenado sacerdote el 24 de abril de 1994 y desempeñó su ministerio sacerdotal en la diócesis de Alcalá de Henares, entre otros destinos como arcipreste de Torrejón de Ardoz, donde actualmente era párroco de Nuestra Señora del Rosario. Asimismo ejercía como capellán del centro penitenciario de Estremera.
También ha sido director de la Oficina de Sociología, vicesecretario de la Visita Pastoral, director del secretariado diocesano para los Movimientos de Acción Católica y responsable adjunto sinodal para la fase diocesana del Sínodo sobre la Sinodalidad.
Un sacerdote "celoso y entregado"
Román ha escogido como lema episcopal Gaudete in Domino, "alegraos en el Señor", una expresión de San Pablo en la Carta a los Filipenses (3, 1).
En sus primeras declaraciones tras su nombramiento, don Ángel señala que, a pesar de no tener vínculos con su nueva diócesis, su primera reacción tras el "impacto" de la noticia fue rezar por sus nuevos feligreses: "Estaba deseando que se hiciera pública la noticia para empezar a trataros y poder rezar ya con rostros, nombres y apellidos e historias concretas que acompañar".
También afirma que su propósito es "seguir llevando la alegría del evangelio a todos los rincones de nuestra diócesis, especialmente allí donde más esperanza haga falta". La Iglesia "acoge, dignifica y levanta a quien más lo necesita. Y no hablo sólo de personas sin hogar, reclusos, inmigrantes o de quienes pasan hambre, que por supuesto son hijos y hermanos que necesitan atención especial. Hablo también de soledades y desesperanzas en las familias, en los ancianos, viudas, separados… en los jóvenes y los niños, en los matrimonios y en los consagrados, en los enfermos, en el mundo del trabajo y en tantas situaciones de la vida cotidiana donde la presencia de la maternidad de la Iglesia es imprescindible".
Por su parte, el obispo de Alcalá de Henares, Antonio Prieto, definió al nuevo pastor como "un sacerdote celoso y entregado" y recordó que la alegría por su nombramiento "nos invita a poner los ojos en Jesucristo, el ancla de nuestra vida y la esperanza que no defrauda".