La saga de humor blanco, para toda la familia, que el público premia
«Padre no hay más que uno 5»: buenas risas, aunque con malos rezos

Hijos, yernos, consuegras, abuelas... en casa de los García Loyola están viviendo muchos personajes
Desde hace un lustro, cada año, la película española más taquillera es la entrega de cada verano de Padre no hay más que uno, siempre con guión de Santiago Segura y Marta González de Vega, con los líos cómicos de la cada vez más caótica familia García Loyola. La primera entrega recaudó 14 millones en 2019, la segunda 13 millones, la tercera 15, la cuarta 13 y esta quinta entrega lleva ya 9 millones en sus tres primeras semanas.
Santiago Segura y Marta González han demostrado una y otra vez que el cine familiar con humor blanco vende, nos hace reír, nos relaja. Ver los líos en los que se meten los García Loyola, sus absurdas fiestas de cumpleaños, grupos de whatsapp escolares, exigencias infantiles y relaciones familiares a trompicones, hace que nuestras vidas, por comparación, parezcan ordenadas y hasta tranquilas.
También demuestra que la familia numerosa es fuente de muchas alegrías, aunque pueda complicar un poco la vida. Y quizá es la única película española de este siglo en que un muchacho joven recién casado diga "yo quiero ser padre joven" (aunque sea un botarate).
Chistes para todas las edades, sin cuotas woke
Hay chistes rápidos para todas las edades, para abuelos, para padres, adolescentes y niños. Y no hay situaciones incómodas para ningún espectador, aunque el estatus familiar de algunos parientes sea dudoso. Desde luego, no hay cuotas woke, no hay ideología de género, no hay escenas groseras... Y el público lo premia cada año en taquilla. Santiago Segura merece reconocimiento por mostrar cada año que el cine familiar "normal", divertido, blanco, gusta al público y es rentable.

La casa de los García Loyola va recibiendo más extraños habitantes en régimen peculiar
Es verdad que las ideas de repiten: la rivalidad con otras madres, la adicción a las pantallas y a la fama, la incapacidad para plantarse, los chistes suegras y consuegras... Pero su naturalidad y el buen hacer de los actores conducen todo hacia la risa.
En esta entrega, con el título "Nido repleto", se multiplican los pseudoparientes más o menos gorrones que se afincan en la casa. La abundancia de personajes aporta más risas, y si hay más caos, es divertido.
Incluso la criada habla de traerse a vivir a la casa a su nuevo novio, que es un señor mayor español. Recordemos: es una serie sobre despropósitos que se acumulan.
El mismo Santiago Segura, que es ahora el Rey Midas del cine español, adopta todo tipo de actores, famosillos y amiguetes y logra sumarlos al humor por acumulación. Aquí recluta al Chikilicuatre como productor experto en Eurovisión y en coreografías absurdas: sin mencionar su nombre, todos lo reconocemos. Queda demostrado que lo cutre se redime con humor blanco.
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Homenajes ochenteros y alguna crítica suave
El público sabe lo que busca, Segura y sus actores ya veteranos se lo dan, se nota que los artistas se divierten y todo el mundo se echa unas risas con palomitas, aire acondicionado y algunos homenajes a la nostalgia, en este caso ochentera, con radiocasete, y guiños como Chucky el Muñeco Diabólico. Para volver a nuestra época, un desesperado intento de conectar con las adolescentes en el concierto de Taylor Swift, con sus pulseritas de la amistad.
De fondo, una cierta crítica a la obsesión por las "princesas Disney", cuando la vida cotidiana se sostiene por el esfuerzo de mujeres normales de carne y hueso (aquí, las que se disfrazan de princesas).
Hay también comentarios sobre políticos corruptos que prometen de todo en campaña y no piensan cumplir. Los padres lo asumen con realismo (¿o desesperanza?) mientras los niños aún quieren creer en la posibilidad de llegar a acuerdos.
Dios no es una máquina expendedora
En esta edición, aparece con relevancia el tema religioso. Entre los García Loyola, sólo la abuela es algo religiosa, aunque no muy espiritual, porque lo que le preocupa en esta película es hacerse liftings y decorar eternamente su casa. Pero quiere que el nieto haga la Primera Comunión. Para ello, le anima a recurrir a la oración para conseguir cosas materiales. Por diversas carambolas que se van explicando, parece que Dios concede esas cosas, y así el resto de hermanos piden al niño que rece por tal o cual objetivo.
En un principio podría parecer un guiño simpático: si rezas, Dios escucha. Pero, como dice la consuegra semibruja, "es porque yo hice un ritual" (en realidad, la consuegra también escucha y usa información privilegiada).
El caso es que nadie explica nunca que Dios no es una máquina expendedora ni rezar es sólo "pedir cosas". Nadie dice nunca cosas básicas, como que Jesucristo es Dios, tiene corazón, sentimientos, personalidad, que la oración es el trato con el otro, implica alabanza, agradecimiento, escucha, relación personal, etc... Aquí nadie menciona a Jesús como una persona real con la que es posible tratarse.
El mismo Javier, el padre de familia, dice: "Esto es un fraude", que es una forma de decir que no es verdadera fe.
El chaval, llevado por la abuela, se confiesa con un cura amable y simpático, pero el clérigo acabará rompiendo el secreto de confesión y explicando a la abuela su confesión. "Es que usted no sabe cómo es esa mujer", se justifica el cura. En la vida real, por supuesto, los curas tratan con feligresas complicadas todos los días en todas las parroquias y nunca rompen el secreto de confesión, ni tiene un feligrés forma alguna de lograr que se rompa. Pero como ya hay muchos espectadores ignorantes en temas de religión (y Segura, co-guionista, es uno de ellos) resulta un mal servicio al público.
La oración y la enfermedad de Antonio Resines
En el tema de si Dios escucha la oración, Santiago Segura es intelectualmente honrado, y la historia no se decanta claramente. Él mismo se declara agnóstico y reconoce que la idea de Dios y la vida tras la muerte es complicada pero no absurda, que "podría ser", y le gustaría creer en ella.

El actor Antonio Resines sobrevivió al coronavirus, Segura había pedido orar por él, y lo incorpora en su película
Cuando su amigo el actor Antonio Resines estuvo enfermo grave por covid, pidió oración a los creyentes, por redes. En esta película, Resines aparece como promotor y agente de la niña influencer. ¿Escuchó Dios en la vida real? ¿Merece agradecimiento?