El asombroso mundo de las copias antiguas de la Sábana Santa: sólo Italia tiene más que España

José Manuel Orenga, un veterano investigador en IA ("mi ilusión era que las máquinas de IA se riesen, cosa que hasta ahora no se ha conseguido") fue uno de los ponentes del IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos, en la Universidad San Pablo CEU en Madrid, con una disertación sobre las copias antiguas de la Sábana Santa de Turín.

Según explicó, hay 132 copias antiguas documentadas, 103 localizadas, 29 desaparecidas. De ellas, hay 48 en Italia, 34 en España, 12 en Francia... La mitad de esas copias se hicieron entre 1625 y 1645. De las copias históricas, la más moderna es de Turín, de 1750. La más antigua es de 1527.

El esfuerzo de los pintores antiguos

Se refiere a copias pintadas sobre lino por obra de pintores, en siglos pasados, bien contemplando la Sábana Santa original, o bien a partir de copias y copias de copias. Algunas de esas copias luego se frotaron sobre la Sábana original, adquiriendo la categoría de "reliquia por contacto" y recibiendo veneración en distintas iglesias, a veces con procesiones y culto público.

Los copistas usaban también tela de lino, como en la imagen original, y trataban de imitar con pincel y pintura detallitos que veían en la Sábana Santa (manchas, dobleces, puntos de color, etc...) incluso sin entender qué podían ser.

"La más antigua es de 1527. La Reforma Protestante ya triunfaba en 1525, por lo que las copias no se extendieron en los países protestantes... o las que pudiera haber fueron destruidas por protestantes que eran contrarios al culto a las reliquias", explicó Orenga.

"Tenemos muchas copias, y copias de copias, y vemos que entre ellas son muy distintas", explicó. "En realidad, son "estampitas", grandes, pero estampitas, que adquieren la categoría de reliquia por contacto. Intentaban tener el tamaño del original", detalló Orenga.

Más de 30 copias en España

Las más de 30 de España tienen cada una su historia. Por ejemplo, la llamada segunda réplica de Alcoy, del año 1571, "se la envió el Papa Pío V a Felipe II, se dice que se usó como bandera en la batalla de Lepanto, y luego se guardó en el convento agustino de Alcoy". La de Xabregas, de 1527, la regaló Maximiliano de Austria a su prima Leonor Reina de Portugal.

Hay una frase peculiar que se puede leer en 30 copias (7 de ellas en España): "Extractum ex originali taurini", es decir, "tomada del original de Turín". "Había un taller en el siglo XVII, los pintores Gerónimo de la Rovere, con permiso oficial exclusivo de la Casa de Saboya para hacer copias; otros hacían copias de esa copia". Hay también copias anteriores, firmadas en Chambéry, ciudad francesa en la que se ubicó la original hasta 1578, también con permiso de la Casa de Saboya. Algunas eran regalos para la Casa Real española, que a veces las entregaba a conventos o congregaciones.

Orenga recomienda a los interesados en las copias de la Sábana Santa acudir a los libros de Daniel Duque, Luigi Fossati, Emanuela Marinelli, César Barta y Alfonso Carrascosa, y a las webs que estudian el tema, Shroud.com y Linteum.com.

Antes del hallazgo fotográfico

Todas esas copias intuían el rostro y la figura de un hombre barbudo, pero son anteriores al hallazgo del fotógrafo Secondo Pia en 1898: hizo las primeras fotografías del sudario y notó que la imagen de la figura humana en la tela era mucho más clara y detallada en su negativo en blanco y negro que en su forma original.

En cualquier caso, las copias abundan, pero todas ellas son muy distintas del original y no pueden confundirse. Lo cierto es que no se sabe cómo se realizó la Sábana Santa: si fue con una elaborada técnica artística, nadie la ha podido replicar, ni siquiera en nuestros días. Los sindonólogos dicen que no se usó pintura alguna, y que las manchas incluyen sangre y la figura surge de una extraña radiación de origen desconocido. Cada copia de esos siglos, tan distinta, a veces naïve, es un ejemplo de hasta qué punto ha sido imposible replicar ese objeto.

Copias que mantienen devoción y veneración

Repasando artículos de prensa y divulgación, entendemos que algunas de esas copias mantienen una gran popularidad y devoción. Una de las más conocidas está en Campillo de Aragón (provincia de Zaragoza, a escasos kilómetros del Monasterio de Piedra), y se exhibe al público en Semana Santa –en Jueves y Viernes santos– y en las celebraciones mayores de agosto y septiembre. Está fechada en 1652 y fue un regalo de un vecino, fray Lucas Bueno Nuño, que fue gran prior de la Orden de San Juan de Jerusalén.

Una copia en el Monasterio de Santo Domingo de Silos está datada entre 1627 y 1640. En el pequeño municipio madrileño de Torres de la Alameda hay otra fechada en el año 1620. En la iglesia de la Merced de Jerez de la Frontera se guarda con veneración una copia de 1572. Tiene un fragmento de tela de lino añadido que algunos estudiosos sospechan que se tomó de la Sábana original.

También destacan las réplicas de Toledo (1587), Salamanca (1655), Escalona del Prado en Segovia (1657) o el castillo de Garcimuñoz en Cuenca (1640). Aunque cada copia cuenta con sus propias peculiaridades, todas tienen algo en común: un aura de misterio y devoción que ha perdurado durante siglos.

En la provincia de Sevilla, en la parroquia de la Virgen del Socorro, en Badolatosa, se sabe que se entregó una copia en 1674. Recientemente, la Hermandad del Buen Fin ha recuperado la tradición de venerar el Santo Sudario, que data de 1621. Gracias a la colaboración del Centro Español de Sindonología y del imaginero Juan Manuel Miñarro se incorporó al cortejo del Miércoles Santo una réplica a escala 1:1 que llevan los acólitos en procesión. La costumbre de realizar copias de este objeto misterioso no ha finalizado.

La Sociedad de Científicos Católicos de España es parte de la Society of Catholic Scientists, fundada en EEUU en 2016, que ya supera los 2.600 miembros en 60 países. Con más de 125 miembros, el grupo español es el más grande fuera de EEUU. Más información en cientificoscatolicos.com .