Jornada Martirial en Zaragoza (con vídeos)

Ayer, 23 de junio, en el salón de actos de la basílica-parroquia de Santa Engracia de Zaragoza se celebro la segunda jornada martirial de un día. Sobre estas líneas, don Santiago Aparicio como ya hizo cuando, en 2023, se celebraron las XI Jornadas Martiriales nos abrió cordialmente las puertas de este emblemático lugar martirial de Zaragoza.

La primera conferencia corrió a cargo del director del Archivo Diocesano de Zaragoza, don Juan Ramón Royo García (1967). Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza en 1990 y licenciado en Teología por la Universidad de Navarra en 2014. Desde el año 2003 es director del Archivo Diocesano de Zaragoza, cargo que desempeña en la actualidad. Es miembro de la Comisión de Patrimonio Cultural Diocesana y de la Comisión Histórica Diocesana para los procesos de beatificación de Luis Turón y Jesús Azuara y sus respectivos compañeros mártires. Aquí podemos leer sus artículos.

Misioneros mártires de la diócesis de Zaragoza fue el título de su conferencia, con la que nos llevó a recorrer, por la geografía mundial, el testimonio de estos evangelizadores durante los siglos XVI a XIX. Nos invitó a la lectura de este artículo ya publicado.

Nos habló de los Misioneros mártires aragoneses en Estados Unidos en la Florida del siglo XVI y del jesuita Pedro Martínez Atenza (nacido en 1533 en Cella (Teruel, hasta 1577 perteneciente a a la diócesis de Zaragoza).

De América pasamos a Asia. Explicándonos como la comunidad católica china de Zaragoza procede de una única provincia que evangelizó el dominico español san Joaquín Royo, que entró en China en 1715 para anunciar a Cristo, y fue martirizado por su causa en 1748. Hace años, las comunidades de Zaragoza y Valencia peregrinaron a Hinojosa del Jarque, en Teruel, pueblo natal del santo mártir, y allí pudieron besar y venerar su pila bautismal, mientras emocionados rezaban en su lengua de origen el credo que san Joaquín enseñó a sus antepasados. «Si no fuera por él, posiblemente no conoceríamos a Dios», decían entre lágrimas.

Finalmente recordó el ejemplo martirial de san Ignacio Clemente Delgado Cebrián que nació en Villafeliche, Zaragoza (1762). Profesó como dominico en Calatayud. En 1785 se embarcó para Manilla, donde fue ordenado sacerdote. En Oriente desarrolló su vida misionera durante más de cincuenta años. En 17990 llegó a Tonkín (Vietnam). Pío VI le nombró Obispo titular de Melipótamos y, más tarde, de sería vicario apostólico del Tonkín oriental. Fue apresado en 1838: condenado a ser decapitado, murió mientras estaba encerrado en una jaula y la sentencia se cumplió después de su fallecimiento. Fue canonizado en 1988. Desde entonces es patrono de los misioneros diocesanos de Zaragoza.

A continuación y con el título Los mártires en nuestra vida ordinaria tuvo lugar una mesa redonda con las intervenciones de Antonio Mostalac Carrillo, arqueólogo, ex jefe de Patrimonio Cultural y Publicaciones del Ayuntamiento de Zaragoza; del Reverendo Ángel Arrebola, director de la Delegación para la Causa de los Santos del Arzobispado de Zaragoza y de un servidor.

Desde la experiencia con el descubrimiento de los restos de Santa Engracia del profesor Mostalac; la teología del martirio explicada por Arrebola y los testimonios martiriales expuestos por López Teulón, se hizo un recorrido desde los primeros cristianos a los nigerianos y los de Damasco asesinados días atrás.

IGLESIA VIVA EN ZARAGOZA

Entre las muchas cosas buenas que aportan las Jornadas Martiriales anuales y ahora las que estaban celebrando de un día está también el poder descubrir una Iglesia viva que es mucho más real de lo que a veces mostramos. Tuvimos, por ejemplo, el placer de conocer al joven diácono que moderó la mesa redonda: don Luis Sierra Maestro-Lansac. Hace meses, un poco antes de ser ordenado diácono, le hicieron esta entrevista.

Por no hablar de la excelencia de los medios de comunicación de la Archidiócesis de Zaragoza o con Iglesia en Aragón.

La Jornada Martirial terminó con la excelente conferencia Ocho ejemplos de persecución religiosa durante la Segunda República y su posterior desenlace en la diócesis de Zaragoza”. Ya en la entrada anterior os la ofrecimos, por gentileza de Martín Ibarra, el texto de esta conferencia.

La Santa Misa, en verdadera acción de gracias por la Jornada vivida, puso el punto y final a tan gozoso día.

Ahora... ¡hasta octubre que celebremos en SEVILLA las XIII Jornadas Martiriales!