Dios no olvida que se ofreció por nosotros. Tengamos esperanza

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Si nuestros pecados nos abruman, Dios no olvida lo que pagó por nosotros, es decir, un precio muy alto 🔹San Agustín. Comentario al Salmo 22, 9🔹

▶️ En el contexto de la Espiritualidad Católica: A veces el arrepentimiento duele más de lo habitual. Pero tengamos esperanza. Esperanza que es un bálsamo para el alma atormentada por el pecado y una poderosa afirmación de la misericordia divina.

San Agustín nos recuerda que la magnitud de nuestros pecados no supera la magnitud del amor de Dios. Siempre hay perdón cuando si llegamos ante Dios con arrepentimiento sincero. El sacrificio de Cristo es la prueba definitiva de este amor incondicional. La frase nos invita a confiar en la misericordia de Dios, incluso en los momentos más oscuros. Sobre todo porque el enemigo sabe aumentar el dolor para que desesperemos.

No se trata de minimizar el pecado, sino de ponerlo en perspectiva a la luz de la redención. El pecado nos hiere, nos debilita y nos aleja de Dios, pero el sacrificio de Cristo nos ofrece la posibilidad de la sanación, la fortaleza y la reconciliación. Esta frase también implica una llamada a la gratitud. Debemos estar agradecidos por el sacrificio de Cristo y por la oportunidad de ser perdonados y redimidos. Esta gratitud debe manifestarse en una vida de fe, amor y servicio a los demás.

Esta frase también subraya la inmensidad del amor de Dios, que no escatimó esfuerzos para liberarnos del pecado y la muerte. En la frase, la palabra "olvida" es crucial. Implica que la misericordia de Dios es constante, inagotable y siempre disponible para nosotros. No importa cuán grandes sean nuestros pecados, Dios siempre recordará el precio que pagó para perdonarnos y reconciliarnos con Él.

▶️ En el contexto de la evangelización digital. En las redes sociales, donde a menudo se promueve una falsa imagen de perfección, esta frase nos recuerda que todos somos pecadores necesitados de la Gracia de Dios. Es un mensaje de esperanza para todos, cuando nos sentimos abrumados por nuestros errores y egoísmos. Debemos evangelizar en las redes con autenticidad, compartiendo nuestra propia experiencia de pecado y perdón. Al reconocer nuestras propias debilidades ante otras personas, podemos ser más comprensivos y compasivos con los demás. Podemos ofrecer un mensaje de esperanza a aquellos que se sienten perdidos y desesperados.

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Estamos dispuestos a confiar en este amor y a recibir el perdón que nos ofrece? ¿Estamos dispuestos a vivir en gratitud por el sacrificio de Cristo? ¿Estamos listos para agarrar la esperanza que Cristo nos ofrece cuando más la necesitamos?

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