La Unción de los Enfermos: catequesis
De ser un sacramento para agonizantes, moribundos, según la anterior disciplina eclesial, hemos pasado a un sacramento de la Unción que siendo para enfermos con cierta gravedad, se administra demasiado indiscriminadamente a cualquier persona, incluso sana, con el único requisito de haber cumplido los 65 años.
El sacramento de la Unción es una acción sacramental de Cristo con su Iglesia para los enfermos graves, aquellos que corren ya serio peligro, y para los ancianos con una ancianidad avanzada y difícil; también para intervenciones quirúrgicas graves, con riesgo para el paciente. En estas situaciones siempre la constante es un riesgo y un peligro grave. Consta esta liturgia sacramental de unos elementos centrales:
- La oración por el enfermo
- La imposición de manos en la cabeza del enfermo (siempre pausada, orante, espiritual)
- La Unción con el óleo bendecido; se unge en la frente y en las manos con la fórmula sacramental:
Veamos el contenido del Sacramento.
Este Sacramento es un signo eficaz de la gracia donde interviene Cristo, el Señor, para bien del espíritu del enfermo así como para su cuerpo. ¡Se trata de enfermos, no de personas de la tercera edad sin más! Al sufrimiento de la enfermedad grave, para el cuerpo que se ve quebrantado, hay que sumarle el orden espiritual que se resiente y sufre igualmente.
¿Qué pedimos y esperamos de este Sacramento?
El sacramento de la Unción de los enfermos recibió una liturgia nueva, o mejor, se revisó su liturgia anterior para pasar de ser "extremaunción" a ser "Unción de los enfermos". El concilio Vaticano II prescribió:
El papa Pablo VI explicaba así el objetivo de la reforma de este Sacramento:
En definitiva, una ayuda del Señor mediante los sacramentos para algo tan humanísimo y dramático a la vez como es la enfermedad grave.
Valdrá la pena tener presente este Sacramento, conocer su doctrina en el Catecismo de la Iglesia Católica, participar en su celebración cuando sepamos que se administra a alguien para vivirlo y rezar.