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Imagen del rostro de la Virgen de Guadalupe

Imagen del rostro de la Virgen de Guadalupe

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A veces se argumenta que las imágenes que vio el doctor José Aste Tönsmann en la tilma de Guadalupe pudieron verse influidas por su profunda fe católica. Por otro lado, debido a la preocupación que hay por mantener la reliquia en buen estado, no se han hecho nuevas fotografías desde 1979 y los estudios se basan en imágenes tomadas aquel año o posteriormente. Además, la tecnología ha mejorado mucho desde entonces.

Si comparamos la tilma con la Sábana Santa, no cabe duda de que esta última se ha estudiado con mucho más rigor. No obstante, el valor de esta reliquia no se basa solamente en esta cuestión. ¿Cómo pudo grabarse una imagen de estas características sobre una tela áspera y de forma instantánea? Asimismo, el biólogo y botánico Isaac Ochoturena demostró en 1946 que la fibra de que está compuesta la tilma no podía durar más de veinte años. Aún más, el monte donde se apareció la Virgen se halla en una región cercana a lagos salados, lo que debería haber acelerado aún más la degradación de la tela. A esto se suma que la reliquia estuvo expuesta durante más de un siglo a la intemperie. Hoy la tenemos protegida con un cristal, pero en su día se hallaba al aire libre. La gente traía velas que ponían al lado de la tela, e incluso la tocaban. Pero nada de esto impidió la conservación de la tela.

La resistencia de la tilma queda también patente en otro par de eventos impresionantes. En 1785, se vertió accidentalmente una mezcla de ácido nítrico al 50% al limpiar el marco de plata de la imagen. Dejó una marca visible, pero el tejido no sufrió el daño que la ciencia esperaría.

Hasta una bomba ha llegado a soportar la tilma. Durante la persecución de los cristeros, a comienzos del siglo XX, se colocó un artefacto entre el altar y el icono después de la misa. Los cristales de la basílica se hicieron añicos. Sobre el altar había un gran Cristo de bronce que se dobló y hoy está expuesto en el santuario de Ciudad de México. Pero el cristal que protegía a la Virgen permaneció intacto.

También podemos acudir a la Sagrada Escritura. En el libro del Apocalipsis encontramos este versículo referido a Nuestra Madre: “Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies y coronada de doce estrellas sobre su cabeza”. El manto también tiene estrellas e incluso se ha demostrado que las estrellas no están dispuestas al azar. Están situadas de acuerdo con las constelaciones visibles desde México el 12 de diciembre de 1531. Tres equipos investigadores han confirmado esta cuestión. Además, las estrellas aparecen en posición invertida, como si las estuviera mirando Dios desde fuera de la bóveda celeste.

Por último, el atuendo y decoración de la Virgen hace muchos guiños a la cultura azteca, lo que indica una vez más el deseo Nuestra Señora por que el mensaje de Cristo llegara al nuevo mundo. Los indios americanos se fueron convirtiendo en masa a partir de la aparición. En pocos años hubo millones de conversiones y para comienzos del siglo XIX la práctica totalidad de la parte española del continente americano era católica, mientras que solo el 20% hablaban español. Esto da fe de que el descubrimiento de América, apoyado por esta aparición mariana, tuvo un impacto más religioso que cultural.

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