La túnica de Argenteuil (I)

Ostensión de la Santa Túnica en 2016
El 14 de septiembre es costumbre celebrar la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Así que es un momento interesante para hablar de una de las reliquias más importantes de la cristiandad: la Santa Túnica de Argenteuil.
La Sábana Santa, la prenda con la que cubrieron el cuerpo de Jesús tras su crucifixión, está en Turín, Italia. El Santo Sudario, con el que le cubrieron la cabeza, se halla en Oviedo, y la Santa Túnica en Argenteuil, Francia. Se trata de una geografía muy curiosa si tenemos en cuenta que todo proviene de Jerusalén, pero el cristianismo fue rápidamente atacado con la llegada del islam y hubo que retirar los objetos valiosos a lugares seguros. Francia, Italia y España son centros neurálgicos desde los que la fe se ha propagado al mundo entero, y lo paradójico es que precisamente sea en estos sitios donde la creencia en Cristo se haya apagado más. Parece que nos hemos acomodado. Sin embargo, estos vestigios nos recuerdan nuestras raíces y por eso es importante recordarlos y difundirlos, porque también se evangeliza a través de los ojos. Del apóstol San Juan se dice que ante la presencia de los lienzos y el sudario: “vio y creyó”. Cuántas personas no se han convertido contemplando la Síndone de Turín.
Argenteuil es una localidad de un poco más de 100.000 habitantes situada a unos 10 kilómetros de París, pero el tesoro que entraña no es muy conocido. De hecho, debo confesar que hace bastante tiempo viví en un pueblito situado al lado. Llegaba a pasar con el tren por la estación de Argenteuil, y nunca supe de la existencia de esta reliquia. Nadie me lo contó.
El cine recoge esta prenda en la película La túnica sagrada, The Robe, de 1953, ganadora de dos Oscar y con actores de la talla de Richard Burton y Jean Simmons.
Por otro lado, el historiador francés Jean-Christian Petitfils ha escrito un libro titulado: La Santa Túnica de Argenteuil. Auténtica reliquia de la Pasión de Cristo (Tallandier). En una entrevista con motivo del libro, nos comenta una serie de aspectos importantes.
Primeramente, nos habla de su aspecto. Esta túnica, que portó Jesús durante la Pasión y se la quitaron en el momento de la crucifixión, está hecha de lana, mide un poco más de un metro de largo y es de color marrón púrpura.
En cuanto a la historia de la Túnica, hasta el año 800 se sabe muy poco de ella. Por entonces se la regaló a Carlomagno la emperatriz bizantina Irene I, que tenía intención de casarse con él. Pero la boda no tuvo lugar finalmente. En cualquier caso, la reliquia se quedó en Francia, concretamente en Argenteuil, debido a que se la quiso obsequiar el emperador a una hija suya que era monja benedictina en el monasterio de esa localidad. Sin embargo, durante 300 años se perdió su rastro.
Hoy no me queda más espacio para contar cómo termina la historia, pero prometo que la próxima veremos qué fue de ella y también cómo la ciencia experimental ha ayudado mucho a confirmar la veracidad de esta prenda.