Las formas de la Cruz
La Cruz es terrorífica, asquerosa, repugnante.
Tan terrorífica que Jesús lloró de miedo y sudó sangre.
Tan asquerosa que casi todos los discípulos huyeron.
Tan repugnante para nuestro orgullo que Judas prefirió suicidarse. Y Pedro negó al Maestro.
Pero tenemos que abrazar la Cruz: no se entra en la vida, y en la Vida, sin ella. Ninguna otra llave abre el Cielo.
Abrazar la Cruz.
La Cruz tiene forma de hijo drogadicto: abrázalo.
La Cruz tiene forma de hija perdida: abrázala.
La Cruz tiene forma de traidor: abrázalo.
La Cruz tiene forma de jefe irascible: abrázalo.
La Cruz tiene forma de estafador: abrázalo.
La Cruz tiene forma de terrorista: abrázalo.
La Cruz tiene forma de palestino: abrázalo.
La Cruz tiene forma de hebreo: abrázalo.
La Cruz tiene forma de yihadista: abrázalo.
La Cruz tiene forma de proxeneta: abrázalo.
La Cruz tiene forma de borracho: abrázalo.
La Cruz tiene forma de hermano vengativo: abrázalo.
La Cruz tiene forma de comunista: abrázalo.
La Cruz tiene forma de fascista: abrázalo.
La Cruz tiene forma de usurero: abrázalo.
La Cruz tiene forma de loco: abrázalo.
La Cruz tiene forma de mentiroso: abrázalo.
La Cruz tiene forma de torturador: abrázalo.
La Cruz tiene forma de leproso: abrázalo.
La Cruz tiene forma de pervertido: abrázalo.
La Cruz tiene forma de prostituta: abrázala.
Solo abrázala, a la Cruz y a la prostituta.
Y carga con ella y su miseria.
Aliviarás a Quien está colgado en la Cruz por ti y por mi.
Está colgado en una Cruz de mierda: toda la basura de todos los pecados de todos los hombres forman la Cruz de Cristo. Y eso huele muy mal. Es repulsivo.
Si la Cruz no te repugna, no es Cruz.
Abrazad, pues, vuestra basura; aceptad el olor nauseabundo que sale de vuestro corazón.
Y aceptad, sobre todo, que Cristo lo ha convertido en aroma de rosas, camino de Vida y puerta a la Gloria eterna.
Aparcad todo orgullo, humanos. Y seréis hombres.
Coda: La Cruz tiene forma de pararrayos. Porque atrae los relámpagos de la Justicia de Dios y los descarga, entre sollozos, sobre el Hijo del Hombre: sobre su propio Hijo.