En 2018 la China comunista y la Santa Sede firmaron un acuerdo, la mayor parte del cual es secreto, respecto al nombramiento de obispos en el país, acuerdo renovado en 2020, y ahora se anuncia que se renueva una vez más.

Muchos han criticado este acuerdo, porque no ha conducido ni a liberar a obispos presos y desaparecidos ni a aumentar la libertad de la Iglesia clandestina ni la "reconocida", que ahora está más vigilada bajo las autoridades comunistas chinas. También se le acusa de debilitar y confundir a las comunidades clandestinas católicas.

Pero el Vaticano defiende el acuerdo y su renovación, y para explicarlo han acudido a las pantallas de VaticanNews el cardenal Parolin y el cardenal Tagle (filipino hijo de inmigrante china).

Nota del Vaticano

Una nota breve del Vaticano explica la renovación del acuerdo: "La Santa Sede y la República Popular China, tras oportunas consultas y evaluaciones, han acordado prorrogar por otro bienio la validez del Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de Obispos, estipulado el 22 de septiembre de 2018 y renovado una primera vez el 22 de octubre de 2020".

"La Parte vaticana está resuelta a continuar el diálogo respetuoso y constructivo con la Parte china, para una aplicación fructífera del mencionado Acuerdo y para el ulterior desarrollo de las relaciones bilaterales, con vistas a favorecer la misión de la Iglesia católica y el bien del pueblo chino", añade el texto.

Declaraciones del Papa hace unos meses

El Papa Francisco, en una entrevista con la agencia británica Reuters en julio de 2022, declaró que el acuerdo con China "va bien", aunque "se va lentamente", "a la manera china", dijo, "porque los chinos tienen ese sentido del tiempo que nadie les apura". El Papa puntualizó que las autoridades locales actúan de manera diferente con la Iglesia en cada región, porque "no es la misma situación en todas las regiones del país".

El Papa Francisco comparó este acuerdo con la Ostpolitik vaticana en los años 60 y 70, un apaciguamiento en el trato con los países comunistas. "Muchos han dicho muchas cosas contra Juan XXIII, contra Pablo VI, contra Casaroli. Pero la diplomacia es así. Ante una situación cerrada hay que buscar el camino posible, no ideal, la diplomacia es el arte de lo posible y de hacer que lo posible se convierta en real", dijo.

(Cabe recordar que con San Juan Pablo II, buen conocedor del comunismo polaco y sus engaños y corruptelas, se acabó la Ostpolitik, y en pocos años se acabó incluso el Bloque del Este y sus dictaduras comunistas).

Parolin dice que se protegen cosas más valiosas que el mero diálogo

El Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, entrevistado por L'Osservatore Romano y Radio Vaticano-Vatican News, ha explicado más razones para renovar este acuerdo con el Gobierno chino.

Recuerda que es un acuerdo "provisional" sobre nombramientos de obispos y que requiere "un tiempo adecuado de aplicación para poder comprobar la eficacia del resultado e identificar posibles mejoras". Detalla que "la pandemia de Covid-19 ha creado obstáculos comprensibles para los encuentros entre las delegaciones" y eso ha alargado los tiempos y ralentizado las mejoras.

Parolin recuerda que, a lo largo de la Historia, Roma ha tenido en cuenta "las condiciones particulares de un país" al nombrar obispos. (No da ejemplos, pero varios reyes y gobernantes europeos tuvieron derecho de veto y presentaban candidatos a obispos en distintas épocas, algo que los funcionarios chinos actuales recuerdan muy a menudo).

Así, Parolin dice que "el procedimiento establecido en el Acuerdo fue atentamente ponderado, teniendo en cuenta las características particulares de la historia y la sociedad chinas y el consiguiente desarrollo de la Iglesia en China".

Parolin señala 3 frutos del acuerdo al cumplirse 4 años de su firma:

- "desde septiembre de 2018 todos los obispos de la Iglesia católica en China están en plena comunión con el Sucesor de Pedro y no ha habido más ordenaciones episcopales ilegítimas"; y "se menciona explícitamente al Papa en la plegaria eucarística, algo impensable en años anteriores";

- ha habido "6 ordenaciones episcopales", "conforme al procedimiento establecido que deja al Papa la última y decisiva palabra";

- "6 obispos 'clandestinos' han obtenido el registro y, por lo tanto, se ha oficializado su posición, siendo reconocidos como obispos por las instituciones públicas".

"Pueden parecer pequeños logros, pero, para quienes miran la historia con los ojos de la fe, son pasos importantes hacia la progresiva sanación de las heridas infligidas a la comunión eclesial", asegura Parolin.

Además, se facilita así, dice, "la certeza para millones de fieles chinos de poder vivir su fe en la plena comunión católica, sin que sean sospechosos de no ser ciudadanos leales al propio país".

Seis ordenaciones en 4 años no son muchas, pero Parolin señala que hay diócesis que van "despacio" y también hay regiones donde "no se logra mantener un diálogo fructífero con las autoridades locales".

"Esperamos vivamente que en los próximos dos años podamos seguir identificando buenos candidatos al episcopado para la Iglesia en China según el procedimiento establecido", afirma.

Cardenal Tagle: se busca proteger la sucesión apostólica de los obispos

Un obispo católico es aquel que resulta investido por la imposición de manos de otro obispo católico. Y un sacerdote recibe su sacerdocio de los obispos. ¿Qué pasaría si el Gobierno chino decreta que tal o cual funcionario es obispo o sacerdote católico por su decreto, y organiza ordenaciones, no sólo ilícitas sino inválidas, que no transmiten al clero verdadero poder sacramental? ¿Cómo distinguirían los fieles a los sacerdotes de verdad de los falsos?

Para evitar un caos así, el cardenal filipino Luis Antonio Gokim Tagle defiende el acuerdo. "El motivo de todo es salvaguardar la válida sucesión apostólica y la naturaleza sacramental de la Iglesia católica en China", declara. El objetivo es, dice, "tranquilizar, consolar y alegrar" a los católicos chinos.

En China hay católicos que sospechan de la licitud o validez de la vida sacramental bajo tal o cual sacerdote u obispo. "Estaban en juego cosas que afectaban a la naturaleza íntima de la Iglesia y a su misión de salvación. Con el Acuerdo se intenta garantizar que los obispos católicos chinos puedan ejercer sus funciones episcopales en plena comunión con el Papa", detalla Tagle.

Tagle reconoce que el "sensus fidei" de muchos católicos chinos ha nacido no en suaves jardines "sino en un terreno áspero y desigual". "Ciertas heridas necesitan tiempo y el consuelo de Dios para ser curadas", admite.

Asegura que Roma quiere "favorecer la elección de buenos obispos católicos chinos, dignos e idóneos para servir a su pueblo. Pero favorecer la elección de obispos dignos e idóneos también interesa a los gobiernos y autoridades nacionales, incluidos los de China".

Tagle habló de su abuelo chino, que era católico pero era una persona muy pragmática y no entendía el mundo de "los curas". Cuando Tagle anunció que entraría en el seminario, él le dijo: "No me imaginaba que me iba a encontrar con un nieto sacerdote... No entiendo este mundo de curas", pero luego añadió: "No lo entiendo, pero sigo queriendo que seas un buen sacerdote".

Tagle piensa en los políticos chinos de forma parecida (y peor): gente que no entiende nada de espiritualidad ni eclesialidad ni el misterio de la Iglesia. Por eso, entendiendo "el enfoque concreto y pragmático de nuestros interlocutores" espera que comprendan que son necesarios buenos sacerdotes y obispos.