Durante la tradicional audición que Benedicto XVI celebra todos los miércoles en el Vaticano, comenzó expresando que hoy quería "continuar la reflexión sobre la oración como algo intrínseco al hombre. Es verdad que Dios parece fuera del horizonte de muchos, pero al mismo tiempo se ve un despertar del sentido religioso, que no ha desaparecido por más que tantos lo vaticinaban. Y es que el hombre, a pesar de haber perdido la semejanza con Dios por el pecado, conserva el deseo de Aquél que lo llama a la existencia", aseguró.

El Santo Padre, que continua con el ciclo de catequesis sobre la Oración que inició la semana pasada, mostró su preocupación sobre las grandes civilizaciones y la religión: "todas las religiones testimonian esa búsqueda fundamental. Por eso no hay ninguna gran civilización que no haya sido religiosa. El hombre ha sido creado por Dios y para Dios. Tiene su imagen impresa en su ser y por eso anhela la luz que le permite responder al sentido profundo de la existencia, una respuesta que no está en las ciencias empíricas. Así, la oración es "expresión del deseo que el hombre tiene de Dios", afirmó.





Benedicto XVI concluyó la audicencia diciendo que "no una mera fórmula, sino una actitud, un estar delante de Dios. Radicada en lo más profundo de cada uno, es el lugar de la gratuidad, de la tensión hacia lo Inefable. Es un desafío, pues en ella el hombre toma conciencia de sí mismo y de su situación ante Dios, se pone de rodillas, incluso físicamente, pero no a la fuerza, como el esclavo, sino espontáneamente, reconociéndose débil y pecador, y dirige su mirada hacia el Misterio con esperanza.Es a la vez un don, pues es ante el Dios que se revela donde la respuesta del hombre se convierte en relación íntima con Él"