Se acaba de anunciar el veredicto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo sobre cuatro casos en Inglaterra centrados en la libertad religiosa. 

En los 4 casos, un cristiano se negó a alguna actividad que iba contra su fe, identidad o conciencia, y resultó despedido por ello, algo que los tribunales británicos apoyaron.

De los 4 casos, el Tribunal de Estrasburgo solo da la razón a un demandante, la azafata Nadia Eweida, cristiana copta, despedida de British Aiways en 2006 por negarse a quitarse una crucecita del cuello (más detalles de su historia aquí).

Pero niega que fueran discriminados laboralmente por razones religiosas otros tres cristianos:

- Lillian Ladelle, una empleada municipal de Islington despedida porque no quería celebrar “ceremonias de unión civil” entre personas del mismo sexo.

- Gary McFarlane, un psicólogo y terapeuta de parejas, despedido de la asociación Relate en 2008 por decir en un curso de formación que él objetaría tratar de problemas sexuales con parejas homosexuales.

- La enfermera anglicana Shirley Chaplin, trasladada del trabajo con enfermos a un trabajo de oficina porque se negaba a quitarse su crucecita de confirmación, la cual llevaba desde hace 30 años.


A falta de conocerse los detalles de la sentencia, parece que el tribunal defienda la “identidad” religiosa de los demandantes, pero no admite su objeción a apoyar las relaciones sexo-emocionales entre personas del mismo sexo, aunque estas son directamente contrarias a la enseñanza ética y moral cristiana.

La primera autoridad cristiana en pronunciarse fue el Arzobispo de York, que en comunicado declaró que “los cristianos y las personas de otras fes deberían ser libres de llevar los símbolos de su religión sin discriminación”.

Los cristianos no están obligados a llevar una cruz, pero deberían tener la libertad de mostrar su amor y confianza en Jesucristo de esta forma si así lo desean”, añade la nota.