No es la primera vez que feministas mayoritariamente ateas y materialistas manifiestan estar en contra de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual y, por ende, de la ideología de género en la que se inspira, ideología sin base científica alguna.  Ahora le ha tocado el turno a la Confluencia Movimiento Feminista, compuesta por decenas  de grupos feministas de varios territorios -Madrid, País Valenciano, Andalucía, Murcia, etc.-, que dice tener como objetivo conseguir una sociedad más justa para las mujeres.

Pues resulta que la confluencia del movimiento feminista se encuentra con la Doctrina Social de la Iglesia en la realidad científica,  como no podía ser de otra manera, y se propone  impedir las iniciativas normativas que pretenden consagrar el concepto de “autoidentificación del género” en el sistema jurídico español, por considerar que estas reformas legales son regresivas. Se puede decir más alto pero no más claro: regresivas por pretender acabar con las mujeres, lo que no ha hecho el machismo que denuncian. Por ello entienden que  es fundamental frenarlas para no perder la protección de los derechos específicos conquistados por la lucha feminista para todas las mujeres.

La rama internacional de este colectivo ha conseguido frenar  la “autodeterminación” sin límites del sexo en el Reino Unido. Confluencia Movimiento Feminista dice que aquí hará lo mismo. Oponiéndose a la mercantilización del cuerpo femenino esta organización es, además, abolicionista de la prostitución, de la pornografía y de los vientres de alquiler. Dicen: "Este país necesita la abolición real del sistema prostitucional y necesita parar el borrado de la protección legal de nuestro sexo".

Personas humanas contemporáneas señalan a la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler como verdaderos enemigos de la especie humana, y más en concreto de las mujeres, exactamente igual que la Iglesia católica lleva haciendo desde siempre, con base científica sin duda, porque ser mujer es un hecho, y la naturaleza no sostiene en absoluto las teorías derivadas de la ideología de género, razón más que suficiente para detener un desarrollo legislativo que algunos promueven de manera desbocada e irracional.

Alfonso V. Carrascosa es doctor en ciencias biológicas y trabaja como científico en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Lo referido en este artículo lo dice a título personal y no tiene porqué ser coincidente con la postura oficial del organismo.

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