El Papa Benedicto XVI comenzó su última día en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que concluye este domingo después de una intensa semana de actos, con la celebración de la Misa de Envío que está teniendo lugar en el aeródromo de Cuatro Vientos, acompañado de millares de obispos y sacerdotes, y unos dos millones de peregrinos.

Tras a su llegada alrededor de las 09:00 horas a Cuatro Vientos, recorrió la zona en papamóvil. Media hora después, comenzó la Misa de Envío, donde el Pontífice se dirigió a todos los presentes para enviarles al mundo a testimoniar su fe.

En su homilía, el Pontífice exhortó a los asistentes a tener un conocimiento profundo de Jesucristo, desde la fe, que le permite reconocerlo no como "un personaje religioso más de los ya conocidos" sino como "el Hijo del Dios vivo". "La fe va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad".


Al explicar en qué consiste esta fe, Benedicto XVI dijo que ésta "no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don de Dios" y que "no proporciona solo alguna información sobre la identidad de Cristo, sino que supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo" e e implica "tomar una decisión personal en relación a Él". "Fe y seguimiento de Cristo están estrechamente relacionados", apostilló.

Así, El Santo Padre pidió a los jóvenes, responder a Cristo con "generosidad y valentía, fiarse de Él y poner la vida entera en sus manos.



El Papa subrayó, ante la atenta escucha de los participantes, que "la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios" y que "no se puede separar a Cristo de la Iglesia".


"Seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir ´por su cuenta´ o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él", resaltó el Santo Padre.

Por ello, el Papa pidió a los jóvenes amar a la Iglesia "que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor".


Para el crecimiento de la amistad con Cristo, dijo, "es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios".


El Papa señaló que de la amistad con Jesús "nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia".

"No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios". concluyó.

Tras la homilía, se llevó a cabo la liturgia eucarística en la que el Papa Benedictco XVI no pudo consagrar las formas eucarísticas debido a que la fuerte tormenta de ayer por la noche las estropeó, por lo que los participantes solo realizaron una comunión espiritual.

Para leer la homilía del Papa, pinche aquí.