Óscar de Alfonso Ortega (47 años), valenciano y abogado, es Gran Maestro de la Gran Logia de España, con un 92% de los votos, explica, una unanimidad que no le parece sospechosa ni requerir más explicaciones. Es la obediencia masónica más extendida del país, que declara tener más de 2.500 adscritos. Ha estado en Gijón para un gran encuentro de masones, incluyendo algunos llegados de Francia, y se ha reunido por un portavoz del Gobierno de Asturias (ejecutivo conocido por su especial animosidad contra las escuelas católicas).

Su título entre masones es el de "muy respetable", pero él admite que "si le digo a mi mujer que me llame «muy respetable», tendremos problemas", porque ella no es masona. "Mi mujer, desde el principio, dijo que esto era una tontería y que yo era el más tonto de todos".

"Desde los 15 años tenía un gran interés en la masonería. Siempre me llamó muchísimo la atención. Me interesó por su esoterismo, porque era todo muy secreto y muy misterioso. Tenía una gran curiosidad. Y, por casualidades de la vida, un cliente que era masón, en el despacho, me dijo: «Tú podrías ser un buen masón». Y le respondí que me encantaría", explica en el diario El Comercio.

Según él, ser masón es "buscar el perfeccionamiento. Intentamos ser mejores personas, además de extender la democracia y el bienestar en la sociedad".

Las cuotas son de "300 euros al año. Yo considero que es barato comparado con ir al gimnasio o a los toros".

De ahí sale un "fondo benéfico" de 200.000 euros... para "apoyar algún proyecto o a algún hermano" (masón).

El dinero suele traer problemas de control. "Bueno... Hubo problemas con el equipo de gobierno anterior que se resolvieron desde un punto de vista masónico. Pero ese tema ya es agua pasada. Los masones no estamos orgullosos de que ocurran estas cosas", asegura el "Gran Maestro", que además dice tener un título "templario".

Insiste en que la Gran Logia de España no admite no creyentes ("el no creyente se va a otras logias").

"Nosotros no hacemos proselitismo ni administramos sacramentos. En las tenidas (reuniones masónicas) nos reunimos en torno a un gran libro monoteísta abierto y da igual que sea la Biblia, el Corán o el Talmud. En cuanto a la secta, de aquí es muy fácil salir. Basta con comunicarlo. Y sobre lo del lobby, esa imagen es una losa que tenemos que quitarnos de encima, como que tenemos influencias extrañas. En su día, en España, sí que hubo muchísimos políticos masones y se podía entender como un lobby, pero yo hablo de 2015", dice intentando minimizar la presencia de masones en la política española actual.

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