1034. 6 de diciembre, después de la comunión. Yo pensaba en Su Delicadeza de condescender a servirse de nuestras palabras humanas para amarnos en el Cielo. El: "No Soy Yo, acaso, la respuesta a todas vuestras aspiraciones? ¿No estoy acaso en el fondo de vuestros deseos más secretos'? Yo Soy para cada uno el afecto de sus afectos. ¡Comprended Mi Amor! "'Tú eres Mía para siempre. Comprende esta dulzura y sé Mía desde ahora, sin prisa, sin lentitud, para la Eternidad. A todos vosotros os recibo en el albergue de Mi Corazón." Le dije: "Señor mío, gracias por esta noche sin alarmas." El: "Todo se debe a Mi Providencia infinitamente amable."

1035. Fin de la Novena. “Establécete en la pureza como fruto de tu novena a la
Inmaculada. Pureza de intención que ponga directamente en Mí todos tus pensamientos y
acciones. Yo Soy tu objetivo único...

1036. 8 de diciembre. Yo permanecía a los pies de la Santísima Virgen. El me dijo. "Voy a darte un medio para hacer bien todas las cosas: consiste en que hagas cada cosa como si acabaras de comulgar. Con esto se ampliará tu vida interior en un apacible recogimiento "

 

Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.