1024. 14 de noviembre. Hora Santa. Yo trataba de unirme a Su Agonía. Me dijo. "La última tarde de Mi Vida en medio de vosotros... Al mismo tiempo dulce y solemne. Yo Me daba no solamente a los doce, sino a todos y a cada uno, hasta el fin del mundo.
¡Hija! Yo estaba ya en vuestros corazones por el Deseo; Mi Anhelo era que todos sin excepción pudieran recibir el sacramento de Mi Amor, pues para eso lo inventaba. Y Yo veía desde entonces todo el bien que os iba a hacer. Pero en las angustias de Mi Agonía, Yo veía también las profanaciones y los sacrilegios, y cómo lo que había Yo hecho con tanta ternura se convertía en perdición y en odio. ¡Qué heridas para la delicadeza infinita de Mi Amor! Y a nadie tenía Yo que Me acompañara a sufrir..."

1025. 20 de noviembre. "Mañana es día de oraciones por la paz, que el Santo Padre ha pedido: si el Santo Padre pide esto es porque Yo mismo pido un movimiento extraordinario de oración por todos.
"¡Qué vergüenza Me daría si los indiferentes se pusieran a trabajar y Mis íntimos no hicieran el esfuerzo especial que Yo les pido! Tomad la iniciativa vosotros; dad el ejemplo. Tocad con vuestras manos juntas Mi Corazón."