1002. 12 de octubre. 'No pierdas de vista el objetivo. ¿Cómo habría Yo podido tener al valor de afrontar los tormentos de la Cruz, los preparativos da la Crucifixión que se hacían en Mi presencia, si no hubiera Yo tenido claro en Mi Voluntad el deseo de la Gloria de Mi Padre y de vuestra salvación? Pero hay que mantener en tensión la voluntad. Este es tu campo, cultívalo. Mantén la mirada no sobre lo que pasa, sino sobre la Eternidad, que está siempre tan cerca... Por Mi Amor. Para alcanzarme."

1003. 13 de octubre. Yo me admiraba de que Hitler hubiera dejado libres nuestras iglesias. "¿No Me habías tú pedido que salvara todas las Hostias de Francia?"

1004. 15 de octubre. Los alemanes habían roto la lámpara eléctrica que yo tenía delante de la reliquia de Santa Teresa. Me dijo: "Desde ahora le ofrecerás, para Mi, un ramillete de sacrificios.
Los contarás y pondrás el número a sus pies.”