1195. De regreso de la santa Misa, yo Le daba gracias por las casas que tengo y Le decía que
también mi sepulcro es una casa; como lo es, igualmente, la silla que ocupo en la iglesia. Me dijo: "La más importante de todas las casas que tienes es Mi Corazón."

1196. 16 de diciembre. "Ser hostia." Este pensamiento me asustaba. Me dijo: "Es hostia todo lo que se ofrece. Cuando tú te ofreces para agradar a Dios, eres hostia, eucaristía, acción de gracias."

1197. 18. En casa de las Reparadoras. "No es que haya que hacer más; simplemente, hay que hacerlo de otro modo. Más alegría en las pequeñas pruebas cotidianas. Esas cosas pesadas deben ser para Mí; entonces, nos alegraremos juntos y salvaremos así algunos pecadores.

1198. Víspera de Navidad, por la tarde. Al rezar el Rosario me cortaba trabajo decir los Misterios Dolorosos. "Quiero que todo sea hoy alegría, incluso Mis Sufrimientos. Es tu salva-cien. En eso está tu riqueza, en el Amor de tu Salvador. Mira pues la bondad del sufrimiento. Cuando se presente, salúdalo como lo saludé Yo, que os llamaba a él. Tú convertirás tus sufrimientos en un llamado de amor hacia Mí y Yo no podré menos que acudir a tu llamado."