888. 25 de abril. Le Fresne. Yo iba entrando a la iglesia para la Hora Santa. El: "Te estaba
esperando. ¿Crees en Mí? ¿Esperas en Mí como merece un Dios que esperen en El? "Quisiera
verte llevar en peso Mi Voluntad por la Fe, unida a una intensa Esperanza. Recuerda la fórmula:
'Yo obro en Tu Nombre, Señor, y sé que soy poderosa'. Espera, pues, una vida profunda. ¿Cómo podría Yo daros Mis Abismos de bondad si vosotros no estáis dispuestos a recibirlos? Y luego, mantén tu mirada fija en Mí, a lo largo de los días y las noches. De otra manera, Me olvidarás. Y es horrible ser olvidado cuando se ama tanto. Este Amor tú no sabes lo que es...
"Lo que vale tu pequeña visita de todos los días, lo verás mejor cuando estés allá Arriba. Que
nunca te falte. Y que te sea natural y dulce, pues de ser así crecerá tu mérito. Ya sabes que Me rehuso a forzar las voluntades; y este respeto Mío por vuestra libertad es una forma más de Amor.''
Yo pensaba en la bendición del crucifijo colocado esta mañana en el camino de la B. Me dijo:
"Ahora podré bendecir a los que pasan por ese camino y al pasar Me echan una mirada de
compasión o Me dirigen una plegaria."
Mientras yo trabajaba en el jardín: "Pronto Va a ser domingo, Señor; tu día." El: "Todos los días son 'Mi Día' para los que Me aman. ¡Semanas felices, meses dichosos, encanto de toda una vida!
"El Padre te creó, cree en El. Espera en el Hijo, que te salvó. Y ama al Amor que es el Espíritu
Santo. Mira la Familia divina, Padre, Hijo y Espíritu Santo: son Uno. Continuad esta unidad con todos vuestros hermanos, con el Cielo, con vuestro Padre del Cielo: ¡Uno!"