891. 11 de mayo, Víspera de Pentecostés. Yo pensaba que el Espíritu Santo concede por fuerza Gracias especiales el día de su Fiesta. Jesús me dijo. "No son Gracias que El conceda para el día de su Fiesta, sino que las concede para siempre. Nunca retira algo que haya dado. Porque el Amor no puede retirar Sus Dones. Pídele que te dé con abundancia y El te colmará. Te colmará simplificándote."

Yo pensaba en la santidad de la Santísima Virgen, que correspondió a todas las Gracias. "Madre mía, le dije, dame un poquito de lo tuyo."
Ella me contestó. "Hija Mía, muy querida, todos mis méritos son tuyos, son de todos vosotros. Tú eres mi heredera, mi hija por la Comunión de los Santos. Pero es indispensable que lo creas y le hables de ello al buen Dios."

892. 11 de mayo. "Mira, Yo quisiera al mismo tiempo no someterte a la prueba, porque te amo, y someterte a ella, también porque te amo y luego te recompenso."