1418. 8 de enero de 1945. A las tres de la mañana.

Le dije: "Mi Amor, permíteme morir mi muerte sobre Tu Corazón.

El: Sí, más para eso tienes que vivir en El, primero tu vida.

Yo decía al Espíritu: Habla al Padre por mí.

Entonces mi Señor contestó: Es El Quien está hablando en ti al Padre.

Yo: Pero, ¿no hay algo también de mí?

El: Sí, tu intento de buena voluntad.

 

 

1419. 11 de enero. Hora Santa.

En la casa cubierta por la nieve, yo Le decía: Trato, mi Amor, de estar cerca de Ti, pero no es lo mismo que en la iglesia.

El: No es lo mismo que en la iglesia, pero aquí también tienes la Presencia de Dios: como la lamparita que vela tu vida. Si lo crees firmemente, ¡qué consuelo para ti y para Mí!
Tú te sientes apenada si estás junto a alguien que no te hace caso, especialmente si lo buscas por amor. Yo Soy todo Amor; cuando Me hieren, hieren al Amor, ¿no es ésta la peor de las heridas?
Vosotros que sois Mis íntimos, no seáis nunca así. Y para hablarme no uséis sino esa clase de palabras que encantan al Amor; después de todo, la manera de expresarse tiene su importancia en una conversación.

Y cuando el Interlocutor es Dios, ¿cómo podrían no escogerse en la dulzura las palabras más generosas y más definitivas de celo y de cariño? ¡Las expresiones que tú usaría si vieras Mi Rostro!

Por esto te digo con tanta frecuencia que no temas exagerar las demostraciones de amor; Yo no tuve miedo de propasarme. Ahora tú vives en el tiempo en que te es posible amar libremente y encantar a tu Dios. Es cosa que debes hacer ahora, ¡no la dejes para después! Encanta al Encantador.

 Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.