1183. 8 de noviembre de 1941. Nantes, En el consultorio del dentista. Le dije: "Necesitas
ahora, Señor, que me arranquen dos dientes más para salvar algunos pecadores hoy?" Me
contestó: "Sé como la gota de agua en el cáliz." Entonces abrí un libro al azar. Me dijo: "Tú llevarás el dolor de los pecados, como Yo." Por la noche oí aún: "Permíteme que ponga sobre tu mejilla adolorida la Mía, hinchada por el bofetón que Me dio el soldado con su guantelete de hierro."

1184. 9 de noviembre. En el campo, a la hora de un hermoso levante del sol. "Mira, las nubes no son magníficas sino por obra de las mil virtudes del sol. Sin esto, se ponen de nuevo grises. Así es tu alma, resplandeciente cuando está cubierta por Mis Méritos, obscura cuando es nada más ella misma." Yo me humillé y Le dije: 'Cómo puedes concederme tanto a mi, que soy tan indigna? El respondió: "Para enseñarte cómo se hace para ser bueno. Sé así tú también, misericordiosa y ponte al servicio de los demás por amor a Mí."

1185. 9 de noviembre. En la Misa Mayor. En el momento de la comunión del sacerdote, Le dije: "Hay acaso todavía, Señor, una partícula para mí?" El: "Y si no la hubiera, la hostia se rompería para que tú tengas tu parte. Haz siempre la comunión espiritual."