1005. 17 de octubre. Hora Santa. En la Visitación, fiesta de Santa Margarita María. El: "Si supieras lo feliz que Soy cuando se Me pide algo. Soy como un comerciante muy bien abastecido que sabe bien que con lo que tiene puede superar la demanda de sus clientes. Y Soy también como un novio feliz de llevarle a la que ama un cofrecito lleno de joyas espléndidas. No solamente se siente feliz de ofrecerle sus regalos, sino que le daría las gracias por aceptárselos si no temiera excederse en las manifestaciones de su amor. ¡En esas estoy, Mi Gabriela! Temo que Mis Actos de Amor sean desdeñados; ¿comprendas la herida que eso Me causaría? El Amor despreciado, burlado.. .
"Mi Gratitud es grande para todas las almas que Me consuelan de los repudios de otras, y para con todas las que Me llaman y Me desean. Deséame tú seguido, muy seguido. .. iba a decir 'siempre'.
Mi corazón os espera. "Mi sierva Margarita lo sabía y Me llenaba de regocijo: nuestros corazones pulsaban al unísono. Gabriela, vivamos tú y Yo en la misma Mansión aquí sobre la Tierra, ya que vamos a tener la misma allá en al Cielo. Comencemos nuestro Cielo; suavidad y dulzura para Mí.
"Si quieres hacer feliz a tu Dios y Salvador, que tu pensamiento esté siempre dirigido hacia Mí.
Como el ‘Ramillete Piramidal' que tiene tu sello; un perfume que llega a tu Esposo. Y si tú deseas mucho, recibirás mucho y Yo seré el más dichoso de los dos.
'Escóndeme en tu corazón, como si quisieras librarme de heridas y de injurias. Porque las recibo, especialmente en Mí Sacramento de la Eucaristía.
"Y ahí, agradéceme, consuela, adórame, cuéntame tus cosas, como Yo te cuento con tanta
frecuencia las Mías. Sé pequeña; pues mientras más lo seas, más te habitará el Amor de tu gran Amigo.

¿Quieres que vivamos juntos? Te lo pregunto porque necesito que Me des tu permiso. Ve
cómo os respeto y cómo espero vuestras invitaciones. Así es el Amor de tu Dios.”