209. 10 de julio. En San Pedro. Mientras iba yo subiendo al tercer piso, en donde se encuentra la capilla, pensaba: "Voy a encontrarlo en su aposento." Rápidamente me dijo: "Mi aposento es el tuyo. Lo que es Mío te pertenece." Y me hizo sentir mi nada, y cómo es el exceso de Su Misericordia humana y divina el que Lo mueve a tantas delicadezas.

210. Yo Le dije: "¿Cómo puedes, Señor, amar a una creatura tan vil?" Me contestó: "¡Es que no puede ser de otra manera!"

211. "No te ocupes en decir oraciones de muchas palabras. Simplemente, ámame. Con una mirada interior. Con una sonrisa tierna de amistad."