La noticia del incendio causado el miércoles en la madrugada por la explosión de bombas molotov en la sede parisina de la revista satírica Charlie Hebdo ha confirmado lo que es ya una máxima de convivencia: "A Mahoma no se le toma el pelo".

Esta norma de supervivencia la tiene bien aprendida el comediante José Miguel Monzón, alias Gran Wyoming, que desde La Sexta ha respetado con un escrupuloso silencio al profeta y sus seguidores.

Este sacro silencio no se debe, sin embargo y por supuesto, a un respeto a la libertad religiosa y de culto por parte del canal de Mediapro sino a la lección bien aprendida que los maestros musulmanes vienen enseñando a través de métodos pedagógicos de "alta eficacia" (amenazas, bombas, linchamientos, etc.). Y es que meterse con los de la media luna puede salir muy caro.

Sin embargo, y esto también lo tiene bien aprendido Wyoming, si se mete con la Iglesia se la lleva no sólo gratis sino que también que deja altos beneficios de fama, publicidad, etc.

A la ya larga lista de ataques contra la Iglesia lanzados desde "El Intermedio", ahora el Gran Wyoming añade uno nuevo contra del programa del sacerdote Javier Alonso Sandoica en 13TV.

"El Gran Wyoming, alias del bufoncillo televisivo José Miguel Monzón, se ha ensañado con Sandoica porque insultar a los cristianos es fácil: es sabido que sabe que responden poniendo la otra mejilla", señala Eulogio López desde Hispanidad.

Para López, Monzón "ha troceado el programa de Sandoica en la cadena de TV de la Conferencia Episcopal y ha pergeñado un montaje aproximadamente repugnante".

El director del diario digital lamenta que "entre las innúmeras virtudes del sicario de Jaume Roures y José Miguel Contreras no se cuenta la valentía: jamás invita a sus injuriados. No le gustan las réplicas. Lo suyo es la ofensa sin posibilidad de defensa".

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Según López, Wymoming "está pervirtiendo algo tan sagrado como la ironía de la que depende el futuro de la humanidad" y lamenta que "este capón está pervirtiendo el humor, que en sus manos decae en mero insulto, es decir, aquello que provoca la risa de todos los borregos cobardes y de cobardes borregos. El odio siempre es pusilánime".

"Cuando la persecución a los cristianos arrecie, el Gran Wyoming aparecerá como el adocenado útil que tiró piedras contra su propio tejado. El pobre es incapaz de darse cuenta de las consecuencias de sus actos. Naturalmente, a los musulmanes ni tocarlos. Porque los mahometanos no ponen la otra mejilla. Con ellos, el grandísimo Wyoming se vuelve pávido. Lo suyo no es el debate", sentencia Eulogio López.