Evangelio según san Lucas 9,18-22


Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 

Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.» 

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 

Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.» 

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»



Bienaventurado P. Pío, testigo de fe y de amor.

Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo.

El dolor marcó tu vida y te llamamos "Un crucificado sin Cruz".

El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.

Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.

Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros.
Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.