"Nuestra primera preocupación son las familias que han perdido a seres queridos en este trágico ataque", dijo el obispo de Dallas, Kevin Farrell, tras el el asesinato de cinco agentes de policía en Dallas este jueves: "Rezamos por el consuelo y la recuperación tanto de las familias de los muertos como de los heridos. Esto nos recuerda el permanente riesgo en el que viven quienes se dedican a protegernos".

Los policías fueron alcanzados por disparos de francotirador durante una manifestación contra la que los manifestantes juzgaban excesiva violencia policial tras la muerte de dos personas en recientes incidentes con agentes. Además de las cinco personas asesinadas se han producido nueve heridos de distinta gravedad.


El obispo de Dallas, Kevin J. Farrell.

"Hemos sido barridos por una creciente ola de violencia que nos ha tocado a nosotros ahora en lo más hondo, como antes a otros en nuestro país y en el mundo", añadió el prelado: "Todas las vidas importan: blanco, negro, musulmán, cristiano, hindú. Todos somos hijos de Dios, toda vida humana es preciosa".

"No podemos perdernos el respeto unos a otros, y debemos apelar a nuestros líderes ciudadanos para que hablen entre sí y trabajen juntos para resolver esta escalada de violencia", concluyó monseñor Farrell: "Imploremos a Dios, nuestro Padre celestial, para que toque la mente y el corazón de todos para que trabajen juntos por la paz y el entendimiento".