La palabra coaching procede del verbo en inglés “to coach” que significa entrenar y es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir cumplir metas o desarrollar habilidades específicas.

Hay varios tipos de coaching que se ofrecen hoy en día como el coaching personal, funcional, empresarial, cognitivo, organizacional, ontológico, etc. Según todos ellos, están centrados en mejorar las competencias del individuo.  En este artículo me centraré en prevenir contra el “coaching ontológico” que es el que más choca peligrosamente contra nuestros principios de fe y de espiritualidad ya que contiene elementos y contenidos provenientes de la nueva era.

¿Qué es el Coaching ontológico y de donde proviene?

El coaching ontológico es también llamado coaching coercitivo y tiene como objetivo la búsqueda interior y el “despertar de la conciencia”. También se define como un proceso fundamentalmente liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. Nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir, logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan.
 
Se originó en USA gracias a el Movimiento de Potencial Humano que surgió en los años sesenta.  Este movimiento se funda en torno a la idea de que los recursos psicológicos y espirituales, de los estados superiores de consciencia o los que se presentan en experiencias trascendentes, son poco o nada explotados por los seres humanos. Su surgimiento está vinculado a la psicología humanista o "tercera fuerza" como sus defensores lo conocen. Algunos autores consideran el MPH un nombre alternativo para la psicología humanista, mientras que otros lo vinculan al fenómeno llamado Nueva Era.
 
Peligroso para la fe y para la mente
 
Como hemos visto en otras corrientes nueva era, estas pueden afectar gravemente nuestra espiritualidad, pero también a la vez nos pueden llevar al borde de la locura.
 
En el caso del coaching ontológico no es la excepción pues en la aplicación de sus métodos podemos ver claramente elementos new age tales como: cursos de superación personal, liberación del sufrimiento, mensajes de autoayuda, espiritualidad no cristiana sino más bien panteísta, etc. que intentan reemplazar la esperanza que tenemos todos los católicos en Cristo a través de una buena y gratuita dirección espiritual por uno de estos pseudo profesionales a cambio de una gran cantidad de dinero.
 
Por otro lado, es dañino para la salud pues sus técnicas en su mayoría consisten en fatigar la mente para luego introducir ideologías, filosofías, programaciones, decretos, visualizaciones, etc. Coercitivo significa imponer un castigo por eso en este caso recurren a manipular la mente y las emociones para modificar el pensamiento y la actitud de las personas, también en algunos casos se usan técnicas de expansión de la conciencia.
 
He aquí una noticia de una joven que recurrió a este tipo de “Coaching” y que tuvo que ser enviada a un psiquiátrico por tanto estrés y presión:
 
https://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/termino-internada-un-curso-coaching-manipulacion-emocional-n477075.html
 
 Que mejor coaching que una buena guia espiritual 
 
Todos los seres humanos buscamos alcanzar logros y dar lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, debemos comprender que nuestra vida a la luz del evangelio no debe perseguir sólo la felicidad y él éxito sino también nuestras frustaciones y la derrota forman parte de la voluntad de Dios en nuestro caminar. También estaremos inmersos en problemas personales y sufrimientos, las cuales los cristianos las conocemos como pruebas o cruces. Por ello, no necesitamos recurrir a este tipo de programas engañosos sino más bien utilizar los medios que nos brinda la iglesia como los sacramentos (confesión y misa) para poder apoyarnos. Además, si nos vemos incapaces de sobrellevar una situación difícil podemos hablar a menudo con un sacerdote para que nos pueda aconsejar y guiar en esos duros momentos y ver también como podemos mejorar como católicos, encaminando siempre nuestra vida a la santidad.
 
Para superar todas las dificultades de la vida es necesaria la presencia de Cristo en ella pues solos no podremos y así lo enseña la Biblia:
 
 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13
 
 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

 
Yasmín Oré