Cuando los misioneros mormones visitan tu casa o te entrevistan, uno de los temas de los que te suelen hablar es de los valores familiares, de que ellos en particular creen que las familias son eternas, concretamente que tu matrimonio no termina con la muerte. El famoso “hasta que la muerte nos separe” para ellos no tiene valor alguno. De esta forma, enseñan a que están sellados (unidos) eternamente y en el cielo un hombre podría tener varias esposas si se ha casado en la tierra varias veces, lo que se llamaría “poligamia celestial”.

Ahora bien, ¿a la luz de las Escrituras, esta doctrina es correcta? ¿Que han dicho los santos padres sobre el matrimonio?

 ¿Cuáles son los argumentos que usan los mormones para creer en el sellamiento?

Para empezar, hemos de decir que es uno de los ritos que se realizan en el templo de manera secreta, con este rito quedan unidos inclusos después de muertos. La ceremonia (boda) es breve en ella se intercambian unos votos simples, es aquí donde se pronuncia la frase “por tiempo y por toda la eternidad”. El intercambio de anillos es opcional y no es parte de la ceremonia, tampoco hay música, ni flores ni se permiten tomar fotografías. Los mormones fundamentan su doctrina del “sellamiento eterno” en el texto de Mateo 16,19 ” lo que ates en la Tierra quedara atado en el Cielo”.

 En sus Escrituras Sagradas también se habla de esta doctrina:

1 En la gloria celestial hay tres cielos o grados;

2 y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio];

(Doctrina y convenios 131,1-2).

De esta manera enseñan que si un mormón quiere alcanzar el grado de gloria más elevado debe casarse en el templo y por toda la eternidad. Todos los que no se casen no alcanzaran este estado y serán por tanto considerados como inferiores a los demás.

 ¿Enseña realmente la Biblia todo esto?

Para comenzar, hemos de decir que la Escritura nunca habla literalmente de un matrimonio celestial o que sobrevive este sacramento a la muerte. El texto de Mateo 16,19 que ellos citan está sacado de contexto, ahí no se habla de un matrimonio sellado para siempre, simplemente lo que viene a entenderse es que lo que determine el sucesor de san Pedro, esto es el Papa, en la Tierra queda determinado para Dios, o dicho de otras palabras, cuando el Papa establece algo en la Tierra es porque goza del don de la infalibilidad, del Espíritu Santo y debe por tanto creído. Además lo que se perdona aquí en la Tierra ( los pecados) en el Cielo quedarán perdonados, ya que el sacerdote o el Papa es el representante de Cristo y por tanto puede perdonarlos en su nombre. Ahora bien, en el caso del matrimonio, cuando se realiza en la Tierra, sino hay presencia de la Iglesia (sacerdote, obispo) no es sacramentalmente válido, o sea, que para uno se case ante Dios es necesario este en el sacramento un Sacerdote. Esta es la manera en que siempre se ha entendido este pasaje, por ejemplo, San Ignacio de Antioquia cuando habla del matrimonio dice:

Respecto a los que se casan, esposos y esposas, conviene que celebren su enlace con conocimiento del obispo, a fin de que el casamiento sea conforme al Señor y no por solo deseo. Que todo se haga para honra de Dios.” (Ignacio de Antioquía, Carta a Policarpo 5,1-2).

El error de los mormones es ir más allá de lo que el texto dice y por tanto contradecir otros textos de la Escritura. Este pasaje no dice que lo que se ate quede atado eternamente, y lo que se desate quede desatado eternamente. Más que nada porque los sacramentos son “caminos” que nos llevan al cielo, que es nuestra meta, pero cuando ya estamos en el cielo ya no necesitamos esos caminos, ya no necesitamos ser bautizados en el cielo, ni ser confesados, ni tampoco estar casados. Por tanto, el texto lo único que dice, es que lo que se hace en la Tierra, en presencia del sacerdote u obispo, es conforme al Señor, sin indicar que dura eternamente.

Tenemos 3 pasajes en las Escrituras que contradicen claramente la doctrina mormona del sellamiento, son los siguientes:

  ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Romanos 7,1-2

San Pablo nos enseña que el vínculo matrimonial cesa con la muerte de cualquiera de los dos conyugues y por tanto quedaría libre para casarse con otro, pues ese vínculo se ha roto, ha terminado.

La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.1Cor 7,39

Aquí San Pablo vuelve a enseñar otra vez lo mismo, el convenio, contrato, matrimonial, es mientras uno vive, cuando uno de los dos fallece, ya no se está ligado a ese persona y puede casarse con otro, pero siempre en el Señor, o sea por la Iglesia y no por el mundo (civilmente).

Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Marcos 12,25

Nuestro Señor Jesucristo enseña que cuando resucitemos no habrá casamientos, sino que seremos como los ángeles. Los ángeles del cielo no están casados unos con otros, ni tampoco tienen hijos. El decir “ serán como ángeles” nos enseña la grandeza de la virginidad frente a la sexualidad, los “ángeles son seres espirituales no carnales” por tanto enseña la superioridad de lo espiritual a lo carnal. El fin del matrimonio es la procreación para que el hombre no desaparezca (Gén 1,26-29) pero cuando ya no existimos, ya no es necesario la reproducción y por tanto no es necesario exista  el matrimonio. Si los mormones enseñan que seguimos casados en el cielo, es porque no valoran lo espiritual y para ellos lo carnal es más importante. Los ángeles tampoco tienen hijos, sin embargo, los mormones también creen que en el cielo tendremos hijos espirituales y formaremos familias eternas, algo que es totalmente opuesto al concepto de ángeles que conocemos por las Escrituras.

¿Los padres de la Iglesia que han enseñado sobre esto?

Una de las formas de ver si una doctrina es correcta o no es acudir a los santos Padres y ver que creían ellos y como interpretaban ciertos pasajes de las Escrituras, pondré algún texto muy claro que enseña que el matrimonio es “hasta que la muerte nos separe”( citas tomadas de la catena aurea de Santo Tomas de Aquino):

Teofilacto: "Porque cuando habrán resucitado de entre los muertos, dice, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos", etc. Es como si dijera: la restauración de la vida será divina y angélica, y no seremos entregados más a la corrupción, permaneciendo siempre los mismos. Por esto no habrá ya matrimonio, puesto que lo hay ahora por la corrupción para que, multiplicándose, no desaparezca el género humano. Seremos entonces como los ángeles, que, aunque sin sucesión nupcial, no desaparecen.

San Agustín, de civitate Dei, 22,17. Pero me parece más prudente que no debe dudarse que resucitará uno y otro sexo. Allí no habrá impureza, que es la causa de la confusión; porque antes que pecase la primera pareja, andaban desnudos. Por lo tanto la naturaleza se conservará, pero entonces no habrá unión carnal ni parto. Los miembros de la mujer no estarán acomodados al uso antiguo, sino que tendrán una nueva decencia, que no excitará la concupiscencia del que mire (la que estará anulada), pero se alabará la sabiduría y la clemencia de Dios, que hizo lo que no existía, y libró de la corrupción lo que hizo.

San Agustín, De quaest. evang. 2,49. Porque los casamientos se hacen para tener hijos; los hijos vienen por la sucesión, y la sucesión por la muerte; por tanto, donde no hay muerte no hay casamientos; y así dice: "Mas los que serán juzgados dignos", etc.

Crisostomo in Matthaeum, hom. 42. Debe advertirse que cuando hablaba de los ayunos y de las limosnas y de las demás virtudes espirituales, nunca hacía comparación con los ángeles; a no ser cuando hablaba de que no podrían cohabitar. Porque, así como todos los actos de la carne son propios de los animales, especialmente los actos carnales, así todas las virtudes son propias de seres espirituales, especialmente la castidad, en la que se manifiesta que la naturaleza es vencida por las virtudes.

Yasmín Oré (Ex mormona) & Jesús Urones (Apologista)